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Informa que la FBI investiga el caso; activista pide a Felipe Calderón que intervenga

Admite la Patrulla Fronteriza que sus agentes dispararon, pero no que mataron a un mexicano
Agencia y corresponsales
Periódico La Jornada
Viernes 7 de septiembre de 2012, p. 19

La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos admitió ayer en un comunicado que sus agentes dispararon el pasado lunes en Laredo, Texas, y dijeron que esto ocurrió tras ser atacados a pedradas desde el lado mexicano. En el documento no se menciona que las balas causaron la muerte de Guillermo Arévalo Pedraza.

Dice que agentes suyos, asignados a la Unidad de Marina, descargaron un arma al ser sometidos por rocas lanzadas contra ellos desde el lado mexicano. No menciona que los disparos hubieran podido alcanzar a una persona y matarla.

Sin embargo, se señala que el incidente es investigado por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).

Por otro lado, el cónsul de México en Laredo, Miguel Ángel Isidro Rodríguez, recordó que la persona que perdió la vida fue identificada como Guillermo Arévalo Pedraza, de 36 años, originario de Doctor Arroyo, Nuevo León, pero residente de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos, solicitó la intervención del presidente Felipe Calderón para que se investigue la muerte de Arévalo Pedraza, alcanzado por las balas de los agentes estadunidenses cuando celebraba su cumpleaños con su esposa e hijas.

El activista subrayó que, ante los testimonios de sobrevivientes y testigos presenciales de la agresión, el gobierno de Estados Unidos debe admitir su responsabilidad y ofrecer una disculpa a los familiares de la víctima.

Declaraciones de la esposa de Arévalo

Nora Isabel Lam Gallegos, esposa de Arévalo, solicitó que se investiguen los hechos. Explicó que la tarde del lunes se encontraba en las instalaciones del parque Viveros con su marido y sus hijas cuando, poco después de las seis de la tarde, se escucharon gritos de auxilio desde las aguas del río Bravo, donde un hombre se encontraba acorralado por agentes de la Patrulla Fronteriza, que viajaban en una lancha.

Cuando escuchamos los gritos de auxilio, varias personas que estábamos en el Parque Viveros corrimos a ver qué sucedía y vimos cómo una lancha de la Patrulla Fronteriza hacía giros provocando olas, como intentando ahogar al muchacho; entonces la gente comenzó a gritar que lo dejaran en paz, que lo iban a ahogar, y fue entonces cuando escuchamos los disparos, declaró.

Según otro testigo, que solicitó el anonimato, inicialmente escuchó una ráfaga de metralleta, disparada por uno de los agentes migratorios, y posteriormente alcanzó a ver que un segundo elemento disparaba un solo tiro con su pistola de cargo, que resultó mortal, pues impactó en el pecho de Guillermo Arévalo.