Opinión
Ver día anteriorSábado 25 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Infancia y Sociedad

Estado sin razón

D

es-ce-re-bra-do es el nombre técnico que se da a un organismo que ha perdido sus funciones cerebrales por atrofia o por intervención quirúrgica. Un organismo humano así no tiene capacidad para razonar, prever, planificar, recordar, aprender, calcular, organizar y por supuesto tampoco tiene dolor, sentimientos o valores. Esto es lo que pasa al Estado mexicano, que hace tiempo empezó a perder facultades inteligentes y su razón de ser: su razón de Estado.

Y nosotros, mexicanos, sus víctimas, cada vez más perplejos. Quienes escribimos ya no sabemos con qué palabras expresar ndignación. Hay cosas que proponer y lo hacemos, pero sentimos que hablamos a un borracho o a un descerebrado y que nuestras ideas resbalan como agua en el cristal. Mas seguiremos insistiendo, porque esa es nuestra moral.

El otro día no supe si reír o llorar al leer esta aseveración del Inegi: Alza a precios de alimentos afecta más a la población de menores ingresos... Esperaríamos del Inegi alguna declaración más inteligente. Suponíamos que su trabajo, junto con el de la SEP, no permitiría que los jóvenes (miles de rechazados en educación superior) llegaran al abismo sin haber encontrado antes una desviación a otro panorama de oportunidades, pero eso sería si las instituciones pensaran y trabajaran para la gente. No es así. El conjunto de instituciones del Estado se revela como una gran planilla de puestos de altos ingresos que cuestan una millonada injustificable al país, ya que no cumplen su cometido: son la materialidad de un Estado disfuncional, descerebrado; son botín de la clase política y servidumbre de empresarios y sectores adinerados.

Lo que más duele es que México tenga recursos económicos y humanos para ser un gran país y para no cometer el crimen de dejar a 4 millones de niños sin educación básica; para dar niños y jóvenes las oportunidades dentro de un gran plan maestro de desarrollo humano. Hacen falta científicos y técnicos especialistas. Hay que despertar interés en los jóvenes no sólo por la universidad, sino por un título de técnico especializado con mayor oferta de trabajo.

En la revista Transportes leí esta queja de un ejecutivo de la Compañía Scania: “…no hay personal técnico capacitado que contratar, lo que nos impide aumentar en México la producción de autobuses de larga distancia”.

Grandes problemas del país tienen solución en la educación técnica, ética y cívica, pero como señala el filósofo Savater: poco se avanzará mientras la educación básica no sea prioritaria en inversión de recursos y también como centro de interés público.