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La pobreza, factor que refuerza la discriminación de género: ONG

Las indígenas viven violencia estructural en el interior de sus propias comunidades
 
Periódico La Jornada
Domingo 5 de agosto de 2012, p. 11

Las mujeres indígenas en México padecen una violencia estructural en el interior de sus propias comunidades, producto de la visión patriarcal y machista que prevalece; y una violencia institucional a raíz de la defensa de la tierra y los recursos naturales por parte de los pueblos originarios, “que ha colocado al cuerpo de seguridad estatal –policías y militares– como los primeros símbolos de violencia”, determinó un informe realizado por organizaciones civiles defensoras de los derechos de las mujeres y pueblos indígenas.

El reporte recoge, entre otras, las opiniones vertidas en el sexto Encuentro Continental de Mujeres Indígenas 2011, según las cuales preocupa “la constante militarización que ha aumentado la violencia de Estado, sobre todo la impunidad en casos de violencia sexual y feminicidio, así como en los daños colaterales de la lucha contra el narcotráfico y conflictos étnicos generados por los partidos políticos”.

El documento, presentado como informe sombra por la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México, Ciarena AC y el Foro Internacional de Mujeres Indígenas, en el contexto del 52 periodo de sesiones del Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), refiere que al proceso de militarización le acompaña acoso sexual, violaciones sexuales, prostitución forzada y servidumbre obligatoria en los espacios donde se quedan los militares.

También hace un recuento de los casos documentados de las agresiones a mujeres indígenas, entre ellos los emblemáticos de Valentina Rosendo Cantú e Inés Fernández Ortega, únicos que fueron resueltos favorablemente gracias a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El documento tiene parte de su sustento en la información recabada en los foros participativos realizados en marzo de este año en Oaxaca.

Expone que la violencia no es ajena a las condiciones sociales y que la miseria, la pobreza y la injusticia son algunas de sus causas, así como el desconocimiento de los derechos y el arraigo al rol de género.

Cuando una familia es pobre carece de muchas cosas. Cuando los hombres llegamos a la casa y la mujer pide lo que necesita y reclama, nace la violencia, por eso digo que la violencia en la familia es por la pobreza, dice uno de los testimonios.