Huehuetoca. Méx., 4 de agosto. El refugio migratorio instalado en un predio de 10 mil metros cuadrados cercado con malla ciclónica en este municipio atendió a 150 indocumentados centroamericanos en su primer día de actividades, que sólo fue atendido por el sacerdote Juan Antonio Torres Tapia.

El gobierno del estado y el ayuntamiento local instalaron una carpa de 500 metros cuadrados en un predio de terracería ubicado entre milpas y a seis metros de las vías del tren del barrio de San Bartolito, así como a unos 300 metros de la unidad habitacional Misiones.

Trabajadores de la localidad terminaban de colocar el alambrado que protege la sede provisional, que la noche del viernes fue trasladado del barrio Independencia, en Tultitlán hacia la demarcación vecina de Huehuetoca.

Vecinos de Tultitlán argumentaron condiciones de inseguridad para sus familias por la llegada de traficantes, extorsionadores y secuestradores de migrantes, por lo que exigieron su reubicación.

Juan Antonio Torres Tapia es el único responsable del refugio. Distribuye alimentos, ropa, calzado y controla la lista de ingresos. Este día estaba desesperado. Es tanta gente; estoy solo y aquí no hay reglamento de operación, manifestó.

Algunos migrantes hacen largas filas para recibir alimentos o los servicios que se ofrecen. Cuatro auxilian al cura, quien dijo que durmió en el lugar y que esperaba la llegada de personal.

El campamento opera con regaderas y sanitarios portátiles, tiene alumbrado interior y en el exterior colocaron reflectores. Se advierte a los migrantes que deben permanecer dentro por seguridad personal y seguir su trayectoria cuando lo decidan.

Es un lugar seguro; agradezco a este país, pues en el camino sufrimos inclemencias del tiempo e inseguridades, dijo Mirna Ortiz, quien hace 15 días salió de El Salvador, con su hija y su nieta de seis meses.

Autoridades estatales informaron que en este sitio será construido el refugio migratorio auspiciado por el gobierno mexiquense y administrado por la diócesis de Cuautitlán.

Personal de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México permanece en la zona, al igual que una ambulancia del Instituto de Salud de la entidad.