jornada
letraese

Número 193
Jueves 2 de Agosto
de 2012


Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate



Director fundado
Mexicanos buscan
poner un alto al sida
Aportes nacionales a la XIX Conferencia Internacional

Investigadores y activistas de México presentaron diversas investigaciones y resultados de proyectos durante la reunión internacional, la más grande en el ámbito médico, celebrada en Washington DC del 22 al 27 de julio. Esto con el fin de compartir y debatir la experiencia en el país para obtener una retroalimentación que se traduzca en más avances en la lucha por la erradicación de la pandemia.

Leonardo Bastida Aguilar

La razón por la que sectores como los hombres que tiene sexo con hombres (HSH), las personas trabajadoras sexuales y las y los usuarios de drogas inyectables son muy vulnerables a nuevas infecciones, fue uno de los temas presentados por activistas e investigadores mexicanos en la XIX Conferencia Internacional de Sida, donde también se abordaron temas como la situación en materia de estigma, discriminación y derechos humanos de las personas con VIH, y se presentó una evaluación de los primeros nueve años de acceso universal a medicamentos antirretrovirales.
Cifras del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida indican que en México la pandemia se concentra en el sector de HSH con 60 por ciento del total de los casos de VIH/sida, por lo que son el sector más vulnerable al virus, y el de más difícil trabajo por las condiciones culturales, sociales y políticas que favorecen el estigma, la discriminación y la homofobia en su contra.
Recientes mediciones como la del Consorcio de Investigación sobre VIH/sida y Tuberculosis (CISIDAT) indican que la prevalencia del VIH entre la población masculina con prácticas homosexuales es de 20 por ciento. Otros datos, como los proporcionados por la Clínica Especializada Condesa de la Ciudad de México (CEC) señalan que 75 por ciento de los pacientes masculinos se declaran HSH.
Con el fin de pasar desapercibidos por la sociedad, ocultos en bares, baños sauna, clubes nocturnos y discotecas, esta población tiene prácticas sexuales de alto riesgo como consecuencia de la clandestinidad en la que se ve orillada a desenvolverse.
A esta invisibilidad social hay que sumar la homofobia, que es otro factor que inhibe el uso del condón en esta población. Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en un grupo de mil 100 voluntarios que se asumieron como HSH en Acapulco, Monterrey, Tampico y Nezahualcoyotl mostró que 77.9 por ciento de los que dijeron no utilizar condón de manera frecuente habían sufrido algún tipo de homofobia, mientras que en aquellos que reportaron usar preservativo, 60 por ciento sufrió algún tipo de discriminación.
Esta situación también se traslada a poblaciones como la carcelaria. Un proyecto de Population Services International (PSI) de México realizado entre HSH en una prisión de la capital mexicana observó que los reos coincidían en que, al ser discriminados por su identidad sexual, estaban predispuestos a las prácticas de riesgo ya que éstas les acarreaban beneficios al interior de los penales, por ejemplo, la salvaguarda de su seguridad.
El uso del condón no es una práctica frecuente en este sector, pero tampoco lo es el interés por el conocimiento de su estatus serológico. Otra investigación presentada por PSI reveló que sólo 56 por ciento de los participantes se había realizado una prueba de detección del virus. Entre las causas para negarse a conocer su estatus serológico se reportaron el considerar esta información como innecesaria o el miedo a conocerla.
La homofobia y la clandestinidad son factores en contra de los trabajos de prevención en esta población. Un mapeo de los lugares de encuentro de HSH en 24 ciudades de México realizado por el INSP y organizaciones de Chiapas, apuntó que las mejores estrategias de prevención han sido la promoción del condón, el reparto de folletos, pláticas o videos informativos y programas de radio, aunque el mejor impacto se logró en intervenciones directas.

Trabajo sexual
Las trabajadoras sexuales son 14 veces más vulnerables a la infección por VIH que otras mujeres en países de ingreso medio y bajo, señaló la revista The Lancet en uno de sus editoriales con motivo de la Conferencia. A pesar de que este sector fue excluido de las actividades del evento por las restricciones de entrada al país anfitrión, investigadores de las fronteras norte y sur de México presentaron estudios que reflejan su vulnerabilidad.
Los enclaves fronterizos mexicanos han sido espacios con amplia oferta de comercio sexual. Situaciones como que a las trabajadoras sexuales se les sancione por el hecho de portar condones o que sean víctimas de redes de tráfico y explotación de personas, las hace propensas al VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
En medio de este panorama, un proyecto conjunto de universidades de Estados Unidos, Tijuana y Ciudad Juárez intervino en grupos de trabajadoras sexuales usuarias de drogas de ambas ciudades mexicanas. Los resultados de un año de trabajo indicaron que intervenciones constantes de 30 minutos para fomentar el uso del condón y el intercambio de jeringas usadas por nuevas redujo las nuevas infecciones y se logró una retención de 90 por ciento de las usuarias. Los resultados fueron mejores en Tijuana, donde se trabaja en reducción de daños (por el uso de drogas), que en Ciudad Juárez, donde aún no se desarrolla por completo esta labor.
Otro grupo vulnerable de trabajadoras sexuales son aquellas que laboran en carreteras y dan servicio a conductores de tráiler. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) trabajó con este grupo en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y Ciudad Hidalgo, Chiapas. Sus resultados revelaron que aquellas con un lugar de trabajo inestable tenían mayor riesgo de nuevas infecciones debido a que reportaron pocas visitas al ginécologo al año, escasa realización de pruebas de VIH y menor acceso al reparto de condones que aquéllas que laboran en gasolineras o bares. Por ello, concluye que es necesario fomentar la ubicación fija de lugares de trabajo a fin de facilitar las intervenciones sanitarias.
Además de los riesgos propios del trabajo en la calle, la violencia sexual y la explotación son otros factores que se contraponen al uso del condón. Trabajos realizados en puntos fronterizos del norte y sur de México por el COLEF y el INSP, mostraron que aquellas trabajadoras sexuales víctimas de abuso o explotación eran más propensas a las prácticas sexuales de riesgo.

Experiencias positivas
En el país, el trabajo de la sociedad civil ha sido fundamental para la implementación de estrategias de reducción de nuevas infecciones o detección de personas VIH positivas.
Desde 1998, un vehículo cargado de condones, folletos informativos y pruebas de detección rápida llamado El Condomóvil ha recorrido todas las entidades del país y las naciones centroamericanas para dar pláticas informativas a jóvenes, migrantes, mujeres y población en general sobre el VIH y las diferentes maneras de prevenirlo.
La experiencia recabada a lo largo de miles de kilómetros recorridos ha permitido a Polo Gómez, presidente de la asociación, y a Marco Ledesma, integrante de la misma, realizar proyectos específicos con sectores vulnerables como las y los usuarios de drogas. De esta manera, a lo largo de las giras se llevan a cabo los "Testimoniales por la VIHda" que recuperan las experiencias de personas que tienen el virus a consecuencia de haber compartido jeringas o tenido conductas sexuales de alto riesgo por consumo de drogas o alcohol. Esta experiencia se ha realizado en 250 localidades y han participado más de 500 personas.
A su vez, la defensa de los derechos humanos ha sido una tarea del Módulo de Derechos Humanos Francisco Galván Díaz, instalado en la CEC y apoyado por Letra S. Es un espacio ubicado en un centro de atención médica a personas con VIH que permite registrar muchos casos de violación a derechos humanos que no podrían ser detectados si tuviera sede en otro espacio.
Al respecto David Kelvin Santos, titular del módulo, explicó que el registro de todos los casos es trascendente aunque en el momento no se identifique claramente una violación de derechos humanos, pues ayuda a generar los antecedentes de conductas que pueden violentar los derechos de las personas.

Las cifras y la realidad
Mediante varias estrategias, programas de VIH como el de la CEC, presentado por su director, Jesús Casillas, han buscado soluciones a problemas como brindar un diagnóstico integral desde la primera visita. El objetivo es reducir el tiempo del diagnóstico del VIH y determinar cuanto antes si es necesario comenzar su tratamiento, conocer el daño inmunológico al organismo y el avance de la infección. Sin embargo, mediante este programa se observó que 60 por ciento de las personas diagnosticadas con VIH no regresaron a seguir con su tratamiento, por lo que se considera necesario realizar más trabajo de consejería y seguimiento especial a este tipo de pacientes.
Varios de los estudios presentados en este evento, nacionales e internacionales, coincidieron en que el gran desafío que presenta la pandemia es el cambio de las pautas culturales, sobre todo en países como México donde si bien las conductas de riesgo no son sancionadas legalmente, la influencia de ideologías como la de la Iglesia Católica tienen enorme impacto en la condena a prácticas ajenas a su moral.
Por esto, especialistas mexicanos coincidieron en que se deben continuar las labores de prevención, la realización de diagnósticos más tempranos y fomentar el apego a los medicamentos y la retención de las personas con VIH en los centros de salud.
(Con información de Alejandro Brito Lemus y Rocío Sánchez)

SU B I R


Reducir el daño en quienes usan drogas

Espolea, una organización civil conformada por jóvenes, fue una de las 10 galardonadas con el Premio Lazo Rojo, que se entrega a organizaciones comunitarias de todo el mundo para reconocer su trabajo en la respuesta al VIH.
En el marco de la Conferencia Internacional sobre el Sida, los jóvenes mexicanos recibieron el premio por su trabajo en Prevención en personas que Usan Drogas.
En el contexto de la lucha antinarco emprendida por el gobierno de Felipe Calderón, las estrategias de reducción de daños se han tenido que "disfrazar como prevención", explicó a Letra S Brun González Aguilar, coordinador de proyectos del Programa de Reducción de Daños de Espolea. Esto porque no trabajan desde la perspectiva "prohibicionista", en el cuañ se condena la "drogadicción", sino que usan el enfoque de reducción de daños en el consumo, donde la abstinencia es un ideal al que hay que orientarse, pero se asume que el uso de drogas no se va a detener ni a erradicar.
"Logramos revertir esas perspectivas, que a veces creen que estamos promoviendo el uso de drogas, a través de mostrar herramientas que permiten evitar accidentes, transmisión de infecciones y muertes cuando se usan estas sustancias", afirmó. Son intervenciones positivas para las y los usuarios, para proveedores de servicios de salud, y para políticos que buscan acercarse a estos temas de forma más integral.
A nivel mundial, la relación entre el VIH y el uso de drogas se concentra en la transmisión por utilizar drogas inyectables, pero Espolea tiene una visión más amplia, abordando también otras drogas estimulantes y su cruce con ciertos factores, como los comportamientos sexuales de riesgo
(Rocío Sánchez)