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Los viajeros incómodos
En el limbo, solución al tema del albergue: CEM

El local provisional enfrenta ultimátum de vecinos, advierte

 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de julio de 2012, p. 4

Dos semanas después que fue cerrada la casa del migrante San Juan Diego Cuautlatoatzin en Tultitlán, estado de México, no se vislumbra solución por parte del gobierno estatal ni federal, lamentó Leticia Gutiérrez Valderrama, secretaria ejecutiva de la Dimensión Pastoral para Movilidad Humana (DPMH), de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

La religiosa comentó que pese a la reunión que tuvo esta semana Rafael Romo Muñoz, encargado de la DPMH, con los subsecretarios de Población, Migración y Asuntos Religiosos, Gustavo Mohar, y de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (SG), Max Diener Salas, aún no existe un terreno en el que la Iglesia pueda reanudar su atención a los migrantes que se dirigen a Estados Unidos.

Gutiérrez Valderrama, quien estuvo en dicha junta, agregó que el también arzobispo de Tijuana conminó a los funcionarios a resolver el problema del albergue e insistió en la importancia de atender el tema migratorio en su totalidad.

Agregó que urge tener un lugar en donde asistir a esta población debido a que los vecinos de las zonas aledañas al puente vehicular Independencia –localizado en la colonia del mismo nombre y a un kilómetro y medio de donde se encontraba la casa del migrante San Juan Diego– y donde actualmente reciben a los migrantes les dieron un ultimátum para dejar el lugar a finales de mes.

En ese local provisorio el gobierno estatal instaló una carpa de aproximadamente 300 metros cuadros y baños portátiles, donde comida y atención corren por cuenta de la Iglesia.

El albergue San Juan Diego fue cerrado debido a la presión de los vecinos de la colonia Lechería y el detonante fue un incidente ocurrido el 7 de julio.

Dos días después la casa dejó de funcionar como refugio y, de acuerdo con la secretaria ejecutiva de la DPMH, ya no existe posibilidad de que vuelva a operar en ese lugar, pues el obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, ha valorado que la situación con los vecinos sería insostenible, y la Iglesia desea evitar cualquier tipo de violencia.

En entrevista, Gutiérrez Valderrama comentó que no hay respuesta y lo triste es que volvemos otra vez a este juego priísta que traíamos desde el año pasado: pasar la responsabilidad de una instancia a otra sin que nadie resuelva, para cansarnos y que desistamos. Ahora resulta que el municipio y el estado de México dicen que es la Federación la que se comprometió con el terreno. Seguimos en este juego de responsabilidades y seguimos en la incertidumbre, ademas de que hace unos días llegaron los vecinos cercanos al puente Independencia y nos dieron 15 días para que la casa permanezca ahí.

Precisó que la situación se debe a la falta de responsabilidad de las instancias gubernamentales que hace que los migrantes no tengan cabida en esta entidad, y criticó que desde el 9 de julio, cuando el albergue dependiente de la diócesis de Cuautitlán fue cerrado, lo único que hemos escuchado son promesas públicas, pero nada concreto.