Reivindicar el grabado, más como original múltiple que como copia, es una propuesta del artista visual Víctor Guadalajara (México, DF, 1965), evidente en Origen, exposición de este género, así como de obra escultórica reciente, montada en la galería Ethra.

Poseedor de una especial fascinación por el papel, Guadalajara considera que de alguna manera el arte conceptual quiso desplazar muchas de las técnicas y disciplinas anteriores; sobre todo el grabado se ha visto muy afectado. Se ha quedado como en una cuestión artesanal, y para nada. Más que seguir haciendo grabado tradicionalmente, con dos placas, con una sola técnica, mi intención es una búsqueda de materiales y posibilidades.

En Origen, el artista presenta por vez primera obra hecha con matrices de los grabados: Por lo normal, después de que uno termina de imprimir los grabados, lo ético es cancelar la placa. Las de xilografía, sobre todo, son superatractivas, como queda toda una huella, todo un semblante, por decirlo así, del grabado y del trabajo que se hizo para ello. Entonces, decidí que estaba padrísimo intervenirlas, que no es tanto pintarlas, sino recuperar toda esta característica que tienen, montarlas en un bastidor como si fuera un soporte para pintura, e intervenirlas.

De hecho, siempre reutilizaba las matrices: Sobre todo las tallas, a veces las corto y las uso en otro grabado, pero nunca las había tomado en serio para hacer una pieza. Explica: Lo trabajo con encáustica. Se propondría como una pintura, me imagino, aunque la base es la matriz ya reutilizada. Es mucho trabajo, son muchas horas de talla, de recorte, pegado y quedan como una superficie superatractiva. Entonces, a veces me parecía absurdo tener que cancelarlas.

La madera siempre ha sido uno de los materiales predilectos de Guadalajara, sin embargo, las esculturas que presenta en Origen obedecen a un lenguaje nuevo: Parten de una misma forma, como si fueran un fractal, una forma que se repite, que, incluso, es más o menos geométrica, que al repetirse logra una condición muy orgánica.

–¿De qué parte su obra?

–Me interesa mucho el inicio de las cosas. Me gusta trabajar con materiales crudos o puros, como la cera y la madera. Todos los pigmentos que uso son naturales, en polvo. La construcción llama mucho mi atención. Me gusta esta cosa de armar los bastidores. Y los resultados casi siempre devienen en algo muy orgánico, con formas que se sentirán como de huesos.

De repente, son formas urbanas, cosas muy naturales, urbanizadas. Tengo esta lógica que hay entre la cosa urbana o la hecha por el hombre, antepuesta a lo natural. Ahora he usado un poco más la figuración, lo cual es curioso, porque es como de repente usar un elemento figurativo dentro de un ambiente completamente abstracto. Me gustan mucho las sillas o las mesas, o de repente una patineta, o cosas que se pueden descontextualizar completamente del ambiente en donde las pongo, crearles un escenario que, dentro de todo, sí se involucran mucho con la pieza. A veces hasta se vuelven parte de la abstracción.

La galería Ethra se ubica en Londres 54, colonia Juárez.