Cultura
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Belinda Garen y Martín Rentería exhiben sus propuestas en una galería de Polanco

Intentan cambiar el performance a partir de un giro alternativo en la fotografía

La exposición Coyunturas temporales incluye Yaguichi, serie de ocho imágenes y el autorretrato Continuo-descontinuo

Los dos creadores concretan proyecto de foto acción

 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de julio de 2012, p. 5

Dar la vuelta al concepto arcaico de que la fotografía sólo puede ser un medio para capturar instantes –por qué no momentos– es la premisa del trabajo de Belinda Garen.

Al respecto, expone la foto acción Yaguichi, serie de ocho imágenes de un metro por un metro 50 centímetros, y el peculiar autorretrato Continuo-descontinuo con el título Coyunturas temporales, en Patricia Conde Galería (calle Lafontaine 73, Polanco).

Fotógrafa comercial, pues trabaja para revistas, al realizar su obra Garen busca dar un giro al medio tan clásico como la fotografía y hacerlo más contemporáneo y alternativo. Para mí la actualidad es transformar las cosas.

Hace 12 años Garen conoció al artista Martín Rentería, quien registraba sus performances. Un día, sin embargo, quedó corto al perseguir sus acciones. Fue una evolución mutua en el sentido de colaboración, “de qué podemos trabajar juntos, de qué manera podemos transformar, él al mundo del performance y yo el de la fotografía. De pronto surgió la idea de hacer foto acción. Hubo varios intentos, otras series, pasaron años, hasta que lleganos a esto –Yaguichi–, que es el clímax de lo que presentamos como foto acción”.

Rito ancestral otomí

Yaguichi (papel blanco) es un rito ancestral otomí: consiste en un papel que forman para rituales mágicos de protección. Viene de la corteza de un árbol llamado salama, después en una ceremonia lo recortan y forman personajes que sirven de protección para tu casa y que desde el papel tiene la capacidad de hablar, proteger y curarte. Rentería y Garen llevaron este concepto a lo contemporáneo en cuanto a imágenes.

El guión performático se elaboró exclusivamente para la entrevistada, quien, a su vez, hizo el guión fotográfico: “No se ha presentado ni se presentará en otro lado. Las imágenes son el performance; de esta manera va a llegar a más público. Hay un rompimiento al hacer permanecer el performance, porque su concepto básico es que se presente ante un público una sola vez. Pero, ¿por qué tendría que ser siempre así? Todo avanza, todo evoluciona; vamos a darle un giro y volvemos a lo mismo. Es un granito que ponemos. No sé si vamos a cambiar la forma de manejarlo, pero por lo menos lo intentamos”.

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Martín Rentería envuelto en papel, a la manera de un personaje mágicoFoto ortesía de la galería
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La licuadora que representa el ritual del Yaguichi preparado desde una perspectiva contemporáneaFoto cortesía de la galería

Las ocho imágenes que componen la serie son los picos del performance y cada una se sostiene por sí misma, habla de un concepto en particular. Por ejemplo, la de la licuadora representa el yaguichi preparado de forma contemporánea. Otra es de Rentería, envuelto en el papel a la manera de un personaje mágico.

Trance metafísico

Continuo-descontinuo es la respuesta a una petición de la galerista Patricia Conde en el sentido de que Garen, quien se dedica al retrato, se hiciera un autorretrato: “Me confundí muchísimo, pero, como mi premisa es cambiar las cosas, pensé de qué manera podía retratarme sin necesidad de utilizarme como objeto. Le hablé a una amiga que es modelo y la utilicé como lienzo que me reflejara.

Estuvimos en una especie de trance metafísico, viéndonos a los ojos desde las ocho hasta las 18 horas, sin decir ni hacer nada. Trataba de capturarla con la cámara cuando más sentía que me espejeaba. Ella funciona como reflejo, pero es la interpretación que tengo de mi persona.

Son imágenes que se ven oscurecidas, porque se fue apagando el ánimo en estas fotos. Nos hicimos más tensas conforme pasaron las horas; entonces, lo que hice fue cada vez bajarle más a la exposición. Las primeras imágenes están perfectamente bien expuestas y al unirlas dan colores negrantes, pero las últimas las hice subexpuestas para que fueran un poco más a negro y al unirlas ya se van a casi negras. En los autorretratos las personas no necesariamente tienen que salir sonrientes. Quería mostrar este lado oscuro que también tengo, bipolar, de constante cuestionamiento.

Después de la sesión, Garen eligió al azar imágenes con 30 segundos de diferencia: Esa era la condición, una imagen con otra, ponerlas juntas.