Opinión
Ver día anteriorMiércoles 27 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Fox-Calderón: ni a quién irle

Doce años de rotundo fracaso

Déficit de empleo: 9 millones

C

on ganas de poner en su sitio al neopriísta Vicente Fox, y desmentir las calumnias por él difundidas en torno a la ostentosa ineficacia del gobierno calderonista, el actual inquilino de Los Pinos ordenó a la Secretaría del Trabajo defender al presidente del empleo, y dejar en claro que el guanajuatense fue un sonado fracaso en la generación de puestos de trabajo (entre tantos otros renglones). Y para cumplir cabalmente la orden de su jefe, la citada dependencia del Ejecutivo federal de plano no encontró mejor forma que dispararle en la frente al propio michoacano.

Fox no invirtió mucho para desesperar, una vez más, al inquilino de Los Pinos. Suficiente fue su entrevista con el diario español El País para que Calderón reventara y a sus huestes ordenara la defenestración pública del guanajuatense, quien, por lo demás, no lo requiere por estar más quemado que un cigarro usado. Ahora que lo mejor del caso es que en materia laboral ambos panistas se acusan mutuamente de lo mismo, y los dos tienen razón. Ni a quién irle.

Resulta que el guanajuatense declaró a El País que “en este gobierno hay un grave déficit en empleo… con Calderón regresamos a la pobreza anterior… La gente necesita empleos, ingresos, conmigo no quedó satisfecha y con Calderón tampoco… Simplemente son realidades”. Suficiente para provocar la ira del actual inquilino de Los Pinos, quien, por medio de la Secretaría del Trabajo, respondió que “con relación a las recientes declaraciones (…) de Vicente Fox (…), la STPS considera pertinente hacer las siguientes precisiones: al 31 de mayo de 2012 la generación de empleo asegurado en el IMSS, en lo que va de esta administración (enero 2007-mayo 2012, según la dependencia), es de 2 millones 39 mil 584, más del doble que la registrada en el mismo periodo de la administración anterior (un millón 18 mil 377)”.

Aquí el problema es que con Fox y Calderón se juntaron el hambre y las ganas de comer. De entrada, el sexenio no comienza en enero, como apunta la Secretaría del Trabajo, sino en diciembre (de 2000 para el caso del guanajuatense y de 2006, en el del michoacano), y las precisiones de la citada dependencia lo único que corroboran es que las dos administraciones panistas resultaron un espeluznante fracaso en materia de empleo, con la única diferencia que el primero de los referidos inquilinos de Los Pinos nunca se autodenominó presidente del empleo (como sí lo hizo el segundo), aunque en campaña sí prometió generar 1.35 millones de puestos de trabajo cada año, lo cual, obviamente, ni de lejos fue así.

La acusación de Fox contra Calderón es simple: en este gobierno (el actual) hay un grave déficit en empleo, y el guanajuatense tiene toda la razón, aunque olvidó incluirse en el balance, pues las dos administraciones panistas incumplieron descaradamente en este renglón (y en muchísimos más, pero especialmente en este). Sonado fracaso, sin duda, y hasta las cifras oficiales lo confirman, y para defender a su jefe, la Secretaría del Trabajo se puso de pechito.

La numeralia completa (cifras del IMSS, avaladas por la STPS) es la siguiente (considérese el arranque sexenal desde el primero de diciembre de 2000 y de 2006, respectivamente): con Fox en Los Pinos se crearon un millón 159 mil 147 empleos formales, de los que 886 mil 529 (76.5 por ciento del total) fueron permanentes y 272 mil 618 (23.5 por ciento) eventuales. Con Calderón (hasta mayo pasado) se crearon un millón 717 mil 647 empleos formales, de los que un millón 199 mil 995 (69.87 por ciento del total) fueron permanentes, y 517 mil 647 (30.13 por ciento) eventuales. El total entre ambas administraciones es de 2 millones 876 mil 794 plazas laborales en el sector formal (eventuales 27 por ciento de ellas). Ése es su logro concreto.

Lo anterior debe compararse con lo siguiente: a lo largo de los dos sexenios panistas la demanda real de empleo formal ascendió a 12 millones de puestos de trabajo, de tal suerte que entre ambos (Fox y Calderón) acumularon un déficit de 9 millones 123 mil 206 empleos formales (de 4.84 millones con Fox y de 4.28 millones con Calderón). ¿Con qué calidad moral uno critica al otro, y éste le hace presiones a aquél? En los 12 años transcurridos con los blanquiazules en la residencia oficial, sólo 24 de cada 100 mexicanos lograron colarse al mercado formal (incluidos los puestos eventuales; si sólo se consideran las plazas permanentes, entonces la relación se reduce a 17 de cada 100). Los que no alcanzaron lugar en el sector formal de la economía terminaron en el desempleo, la informalidad, la emigración o el crimen organizado.

¿Por qué la Secretaría de Trabajo olvidó incluir diciembre de 2006 en su balance, y decidió que el sexenio calderonista arrancó en enero de 2007? Simple: en el último mes de 2006, o si prefiere, el primero de Calderón en Los Pinos, el registro oficial da cuenta de la cancelación de 300 mil plazas laborales, aproximadamente. Con ese talante comenzó la presidencia del empleo. Y lo mismo sucedió con Fox, cuando en diciembre de 2000 se perdieron 340 mil plazas.

La citada dependencia pretende reivindicar a su jefe de la siguiente forma: el promedio anual de creación de empleos formales entre 2007 y 2011 (325 mil 545) es superior al promedio de las pasadas cuatro administraciones (289 mil 596), y se quedó tan tranquila, toda vez que la demanda real de puestos de trabajo en el mercado formal de la economía es cercano a un millón, de tal suerte que, como en las pasadas cuatro administraciones, la de Calderón también fue un sonado fracaso en esta materia, y entre ambos dejaron a su suerte a más de nueve millones de mexicanos.

Si se incluyen diciembre de 2000 e igual mes de 2006, los promedios respectivos se reducen: con Fox fue de 193 mil 191 anuales, de tal suerte que menos de 20 de cada cien mexicanos lograron emplearse en el sector formal a lo largo del sexenio del cambio, que prometió generar un millón 350 mil empleos por año. Con Calderón, el presidente del empleo, que prometió un millón de plazas anuales, fue (hasta mayo pasado) de 312 mil 299, con lo que menos de 32 de cada cien mexicanos lograron colarse a la formalidad. El promedio de los dos sexenios panistas es de 252 mil 745 empleos por año, o si se prefiere, apenas 25 por ciento de lo requerido.

Las rebanadas del pastel

Cifras aburridas, pero que confirman que los dos gobiernos panistas fueron un rotundo fracaso. Eso sí, la STPS no evitó el chistorete: si se excluyeran los años en los que México fue afectado por la reciente crisis global (2008-2009), el promedio de generación anual de empleos superaría los 600 mil. ¡Claro!, y si Calderón no hubiera ocupado Los Pinos, igual México no estaría como está.