Culiacán, Sin., 18 de mayo. Alrededor de mil 200 familias han sido desplazadas de comunidades serranas de Sinaloa, por la violencia y la presencia de grupos armados ligados con el crimen organizado, según un censo elaborado por la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (Sedesuh) del estado.

El municipio con más poblados afectados, principalmente por asesinatos, es Sinaloa de Leyva, donde al menos 587 habitantes de 33 comunidades debieron dejar sus hogares y buscar refugio en localidades cercanas.

Entre las demarcaciones que han recibido a personas desplazadas están Guamúchil, cabecera municipal de Salvador Alvarado, Sinaloa de Leyva, Los Mochis, cabecera municipal de Ahome, Mocorito y Culiacán, capital de la entidad.

Otros municipios perjudicados por la violencia y fenómenos migratorios relacionados con hechos delictivos son Mocorito, con cinco comunidades y 160 familias y Concordia, con cinco poblados y 139 familias, Badiraguato, con seis comunidades y 140 familias desplazadas; Elota, nueve poblados y 64 familias; El Fuerte, siete comunidades y 75 familias, y El Rosario, con tres poblados y 38 familias.

El censo de las comunidades con alta incidencia delictiva ligada al narco y familias que dejaron sus hogares para protegerse de la violencia, arrojó un total de mil 203 familias desplazadas.

El gobernador Mario López Valdez realizó el pasado lunes una gira de trabajo por poblaciones de tres municipios ubicados en la sierra. Dos días antes había declarado que en Sinaloa no había desplazados ni comunidades fantasmas, ante los enfrentamientos y homicidios ocurridos en territorio estatal.

Ayer, Heriberto Félix Guerra, secretario de Desarrollo Social del gobierno federal anunció que se evalúa crear un programa de empleo temporal inmediato para apoyar a las familias desplazadas.

–¿De qué tamaño va a ser el programa? –se le preguntó tras participar en el Foro Mundial sobre Desarrollo Urbano, en Culiacán.

–Del tamaño que sea necesario para lo cual se analizará la situación de cada familia .

Con información de Irene Sánchez