Opinión
Ver día anteriorMiércoles 16 de mayo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Foro de la Cineteca

Un amor apasionado

Foto
Fotograma del primer largometraje de la realizadora francesa Alix Delaporte
E

l primer largometraje de la realizadora francesa Alix Delaporte importa y seduce justamente por no mostrar lo que sugiere el título impuesto por los distribuidores en México: Un amor apasionado (Tony et Angèle). Cabría preguntar entonces qué película han visto quienes pretenden distribuirla de modo tan simplista, o si en realidad la han visto, o si les importa lo que vieron.

Lo que muestra la cinta es el nacimiento de una relación sentimental fincada en todo menos en la pasión. Hay de parte de la protagonista, Angèle (formidable Clotilde Hesme), quien acaba de salir de la cárcel y goza de libertad condicional, el cálculo de procurarse una relación estable para recuperar el cariño de su hijo de 10 años y la confianza de sus guardianes, padres de un marido ausente.

Hay de parte de Tony (Grégory Gadebois), candidato firme para cumplir con el papel de padre sustituto del niño, una fuerte reticencia a sentirse utilizado por una mujer de la que ignora absolutamente todo (encontrada por medio del correo sentimental de anuncios clasificados) excepto su autonomía intimidante y su gusto por un sexo sin trámites ni complicaciones.

Tenemos así, por un lado, una estrategia de conquista interesada y, por el otro, la cautelosa resistencia de quien, temeroso de una decepción amorosa, sólo está listo a ceder por méritos propios y no para satisfacer propósitos incomprensibles. Hay entonces un largo juego para derribar reticencias y procurarse afectos, todo menos el cliché un amor apasionado. Y es esta ambigüedad, este paciente trabajo de conquista afectiva, lo que la directora plasma aquí de modo convincente y certero.

Con experiencia previa de documentalista, Delaporte sabe plantear muy bien en esta ficción intimista un contexto social interesante: la crisis de una industria pesquera en un puerto normando golpeado por el desempleo y la imposición de cuotas injustas.

La cinta describe paralelamente la difícil inserción de Angèle en un mundo laboral plagado de hostilidades y la lenta reconciliación con personas habituadas al recelo y rechazo frente a todo lo que viene de fuera.

Como en una ficción meridional de Robert Guédiguian (Marius y Jeanette, por ejemplo), los conflictos sociales se entremezclan y confunden con los desencuentros y reconquistas afectivas que viven los protagonistas. Un tejido social se estructura de nuevo en torno a una idea de solidaridad al tiempo que una pareja descubre una armonía afectiva.

Reunión compleja y al mismo tiempo equilibrada del espacio público y la esfera privada. Alix Delaporte celebra de modo muy sobrio el triunfo de la madurez sentimental sobre la desconfianza y la mentira.

Horarios y sedes: www.cinetecanacional.net y www.cinepolis.com/32forocineteca