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Los faros de paz estarán expuestos en las plazas de Santo Domingo y La Aguililla

Realizan intervención de arte público para combatir la violencia en el país

Pintan unos 500 cilindros de cartón; iniciativa encabezada por Von Gunten y Armando Brito

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Un aspecto de la intervención de arte público para crear conciencia en las personas respecto de la gravedad de la violencia en el paísFoto cortesía de la Secretaría de Cultura del GDF
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de mayo de 2012, p. 7

Para hacer frente a la violencia en el país, se organizó la intervención de arte público denominada Haz caso a tu corazón, la cual consiste en pintar alrededor de 500 cilindros de cartón, a los que se les llama faros de la paz, que estarán expuestos en las plazas de Santo Domingo, en el Centro Histórico y en La Aguililla, está última en la zona de La Merced.

Auspiciada por el programa Arte Urbano Peatonal y organizada por el colectivo Haz caso a tu corazón, encabezado por los artistas Roger von Gunten y Armando Brito, la idea surgió de una frase del poeta y activista social Javier Sicilia, que dice: La palabra del poeta, habla al corazón del hombre.

De ahí, explica el maestro Von Gunten, que quisimos hacer visible la palabra del poeta.

En un principio se hicieron unos biombos con corazones, pero no surtieron el efecto esperado. Por eso se pensó en estos tubos de cartón. Hubo una respuesta increíble de la gente, la cual está muy desesperada y atemorizada, pero que se manifestaron con algo muy sencillo, que fue pintar estos cilindros.

El propósito es hacer conciencia entre la ciudadanía, que les permita reflexionar, pero sobre todo para darse la oportunidad de hacerle caso al corazón; el órgano que fielmente nos mantiene vivos, comentó el artista.

Miles de muertos y víctimas

De acuerdo con la información que se encuentra en la Plaza de Santo Domingo, en medio de la intervención de arte público, suscrita por dicho colectivo; son miles de muertos y víctimas que se suman a diario en nuestro país, a causa de una guerra que ha devaluado la vida y colocado a México como símbolo de violencia, la cual intimida y expulsa comunidades enteras de su lugar de origen.

¿Cómo detener la espiral de muerte en la que nos encontramos atrapados?, ¿cómo transformar de manera simbólica, la realidad sangrienta de todos los días, por una que exprese armonía, concordia, solidaridad?, ¿de qué forma enunciar una vida lúdica en el espacio público, alejada del sonido de la metralla y la violencia que parece se ha convertido en elemento cotidiano, que estremece y nos denigra como raza humana?, cuestiona la agrupación Haz caso a tu corazón.

En este momento hacerle caso al corazón es más que una metáfora. Annie Marquier, matemática francesa, pianista e investigadora de la conciencia señala que recientes investigaciones describen al corazón como una segundo cerebro, un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40 mil neuronas y una compleja red de neurotrasmisores. Marquier ha escrito: Gracias a esos circuitos, el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción, independientemente del cerebro; y puede aprender, recordar e incluso percibir. El corazón es el único órgano del cuerpo con esa propiedad y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro, según las circunstancias. Por lo tanto puede influir en nuestra percepción de nuestra realidad y en nuestras reacciones. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente. Esta demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón, crea un estado de coherencia biológico; todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.

Ese es uno de los motivos de la intervención de arte público Haz caso a tu corazón; una acción colectiva de valoración por la vida, que consistió en pintar 500 cilindros de un metro y medio de alto con 40 centímetros de diámetro, a los que se les ha llamado Faros de Paz, como parte de un proceso artístico in situ, en el que participaron artistas, transeúntes, amas de casa, niños, comerciantes, artesanos y todo aquel que quiso participar.

Dicho trabajo fue auspiciado por el programa de Arte Urbano Peatonal, Coordinación de Vinculación Comunitaria, Coordinación de Patrimonio de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, con el apoyo de la Fundación y el Fideicomiso del Centro Histórico, artistas, colectivos y organizaciones civiles.

Los faros de paz representan árboles de un bosque que crecerá y que por lo pronto llena de color el paisaje urbano del centro del país. La idea es que ese bosque crezca en todos los sitios que son víctima de la violencia; que sean faros de paz que iluminen una vida más colectiva, consiente y creativa.

Se tiene planeado trasladar núcleos de 25 piezas, más o menos, a lugares de violencia, para que la gente allí elabore más faros por la paz.

Las piezas se instalarán en el andador cultural de la calle de Regina y el Paseo de los Compositores, en la Plaza de Garibaldi. Para de ahí emprender luego un viaje por los principales municipios de Morelos.