Sociedad y Justicia
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La sangre más segura es la que no se usa, señala Víctor Torras

CNTS: en México, cuatro veces más transfusiones que las recomendadas

La nueva NOM mejora pruebas de laboratorio para evitar infecciones

 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de mayo de 2012, p. 42

La sangre más segura es la que no se usa, pero en México los médicos se exceden en la prescripción de transfusiones, casi cuatro veces más de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmó Víctor Torras Giner, director de Normalización del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea (CNTS).

Explicó que luego de tres años de trámites, está por publicarse la nueva norma oficial mexicana (NOM) para la disposición de sangre humana y sus componentes con fines terapéuticos. La versión anterior del ordenamiento –todavía vigente– data de 1994.

Explicó que en la nueva versión del documento se mejoraron las características que deben reunir las pruebas de laboratorio para garantizar la seguridad de la sangre, sobre todo que esté libre de infecciones por VIH, hepatitis B y C. Ya no se permitirán las pruebas rápidas.

En relación con las pruebas de ácidos nucleicos (moleculares), con las que supuestamente se incrementa la seguridad de la sangre, el funcionario señaló que dichos estudios no son la panacea. Sólo reducen un poco el periodo de ventana, pero no es significativo.

La afirmación se corrobora con los resultados de diversas investigaciones científicas realizadas en instituciones nacionales de salud, las cuales determinaron que el beneficio de practicar dichos análisis no justifica su uso ni su alto costo. Algunos investigadores incluso mencionan que los únicos realmente beneficiados con la realización de pruebas moleculares son los laboratorios farmacéuticos que venden los reactivos.

En cambio –dijo Torras–, para incrementar la seguridad los bancos de sangre deben apostar a la donación voluntaria y de repetición –como recomienda la OMS–, la cual realizan las personas una o dos veces por año y se comprometen a cuidarse para evitar infectarse con alguno de los virus mencionados.

Respecto al uso terapéutico del plasma –porción líquida de la sangre–, Torras explicó que sirve básicamente para reponer factores de coagulación en enfermos de cirrosis, por ejemplo. Debería utilizarse no más de 12 por ciento del plasma disponible, pero en México la prescripción está en alrededor de 40 por ciento.

Esto ocurre –dijo– a pesar de que el CNTS y los centros estatales han hecho esfuerzos de capacitación con los médicos. Incluso existen guías sobre el uso correcto de los componentes de la sangre, los cuales deben utilizarse de manera racional y sólo cuando sea necesario, pero si se rebasa el 12 por ciento es por una mala indicación, y quizá por error médico, destacó.

Sobre los remanentes del plasma, explicó que lo ideal es que no tuvieran que desecharse como residuos biológicos infecciosos, sino que se aprovecharan para la fabricación de hemoderivados, es decir, productos inactivados viralmente para el control de enfermedades. A partir del plasma se pueden obtener los factores de coagulación 8 y 9, inmunoglobulinas y albúmina, entre otros 30 productos.

El proyecto de nueva NOM plantea la posibilidad de utilizar dichos remanentes, lo que estaría acorde con lo previsto en artículo 342 bis 1 de la Ley General de Salud.

Otro escenario ideal sería que el país contara con una planta procesadora de estos insumos, pues actualmente todo se produce en el extranjero e importar nos sale muy caro, indicó Torras.