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La socióloga realizó una investigación sobre la crisis de los partidos de izquierda en México

Elvira Concheiro invita a recuperar al Marx político

Llama a un rencuentro con la reflexión y la praxis del pensador alemán para transformar el mundo

Los sindicatos están tan desprestigiados y corrompidos como esos institutos, asevera

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Elvira Concheiro en Coyoacán, durante la charla con La JornadaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Miércoles 25 de abril de 2012, p. 3

La crisis de los partidos de izquierda en México y el mundo es tan profunda y se aborda de una manera tan superficial, que la socióloga Elvira Concheiro Bórquez ha decidido proponer un rencuentro con el Marx (1818-1883) de la reflexión y la práctica políticas, con el revolucionario que planteaba construir una organización de los trabajadores que transformara a la sociedad y a la humanidad misma.

La investigación de Concheiro se titula Reencuentro con Marx; partido y praxis revolucionaria (UNAM) y será presentada por Pablo González Casanova, Enrique Semo, Carlos Payán y Lucio Oliver, este miércoles a las cinco de la tarde, en Siglo XXI Editores (Cerro del Agua 248, Coyoacán).

En entrevista, Concheiro habla de la necesidad de revisar el origen de los partidos de izquierda, las discusiones que se produjeron alrededor de su creación, cuál sería su función, qué relación tendrían con los sindicatos, si éstos serían una parte o no de los partidos. “En fin, cómo empezar a concebir a esos institutos para los propósitos de transformación radical de la sociedad.

“Creo que en la crisis actual de los partidos de izquierda, de su corrupción, pragmatismo y desvinculación con la lucha social, están las grandes transformaciones que se han operado en el capitalismo en los últimos años recientes.

¿Qué ha pasado con los trabajadores en el capitalismo actual? Fueron éstos los que crearon esas organizaciones disciplinadas, programáticas, donde ellos se reconocían y aprendían. Y sin embargo, eso se desestructuró con el capitalismo globalizado.

Para la investigadora, se han venido abajo las estructuras y los derechos mediante los cuales los trabajadores se defendieron durante más de siglo y medio. Y los sindicatos están tan desprestigiados, corrompidos y desestructurados como los partidos.

Destaca que se trata de un problema “mucho más de fondo e importante que si los Chuchos están de un lado o de otro, o hacen o dejan de hacer. Es un proceso social, económico y político de una gran trascendencia, que habla de la necesidad de repensarlo todo, los instrumentos políticos, la recomposición de la política misma”.

Referentes para crear identidad

Los partidos, advierte Elvira Concheiro, eran un referente en la construcción de una identidad colectiva que se proponía transformar al ser humano mismo. No eran para ganar tal o cual prebenda, sino para transformar la sociedad, soñar en cambiarlo todo, de fondo, para humanizar esta sociedad deshumanizada. Eso es lo que planteó Carlos Marx.

Sostiene que “se le ha quitado el filo político a Marx, esa pasión revolucionaria y transformadora. Pero si vemos al filósofo alemán en su conjunto, nos percatamos que propuso analizar la totalidad social. Y si nos vamos al hecho político, a lo que mueve a este hombre, a su trabajo teórico, entonces encontramos una gran riqueza.

“Y es ese Marx el que me ha interesado recuperar en este libro. Al que parte de un compromiso político, que se mete en la lucha política, organizativa, con las grillas terribles que existen en toda organización.”

También considera que su libro aborda el origen de los partidos, ya que éstos, en el sentido moderno, fueron creados por los trabajadores. “La derecha, la burguesía, los terratenientes, tenían formas de organización muy elitistas, cerradas, no programáticas ni estructuradas. Y así eran también las de los trabajadores: cerradas y conspirativas.

Pero justo en la revolución de 1848, que es el gran momento político que le tocó vivir al joven Marx, en el corazón de esa revolución que fue Francia, descubrió la necesidad de un instrumento de otra naturaleza.

Cuando el autor de El capital ingresó a la Liga de los Comunistas, agrega, lo hizo con la convicción de que ésta debía transformar su carácter conspirativo para crear una organización propagandística que difundiera las ideas de transformación social de los trabajadores. “Con ese propósito escribió con Engels el Manifiesto del Partido Comunista”.

Así, resume, después de dos décadas de que se quiso sepultar a Marx –tras la caída del Muro de Berlín y el final del socialismo realmente existente en varios países de Europa–, el filósofo alemán está de regreso a través de la revisión de sus obras y de la creación de nuevos textos marxistas.

Sin embargo, ese retorno, como sucedió antes, no ha sido integral, pues se inclina más sobre el Marx teórico y económico y descuida al Marx de la reflexión y la práctica políticas.

Recuerda que la idea del partido se le había atribuido sólo a Lenin o que éste había completado a Marx, como lo planteó Stalin, construcción ideológica de donde surgió el llamado marxismo-leninismo.

En los años 70 del siglo pasado, subraya, los estudiosos comenzaron a percatarse de esa falta de integración y por un tiempo se buscó recuperar al Marx político.

Marx, agrega Concheiro, no hizo de lo político, el partido y el Estado una elaboración equivalente a la que realizó en lo económico con El capital, pero toda su obra está llena de alusiones, referencias y análisis político.