La Haya, 23 de abril. El premier holandés, Mark Rutte, presentó hoy su renuncia y la de todo el gabinete a la reina Beatriz, tras el fracaso de las negociaciones sobre la reducción del déficit público hasta 3 por ciento en 2013, con lo que abrió la puerta a nuevas elecciones en el país en caso de que la monarca acepte.

Según la casa real holandesa, la reina tomó nota de la presentación de dimisión del gabinete y pidió a las principales fuerzas políticas hacer el máximo esfuerzo en interés del país.

Está previsto que este martes Rutte acuda al Parlamento para hacer una declaración oficial. También habrá un debate parlamentario sobre la crisis política abierta el pasado sábado, al naufragar las negociaciones sobre el presupuesto.

Uno de los mayores temores es que con esta crisis Holanda pueda perder su estatus crediticio triple A, que comparte en la eurozona con Luxemburgo, Alemania y Finlandia. Hace unos días la agencia Fitch advirtió que si fracasaban las negociaciones presupuestarias, que llevaban casi siete semanas, la triple A del país peligraba.

El ministro de Finanzas, Jan Kees de Jager, quien tomó una línea dura con los pecadores presupuestarios de la zona euro, como Grecia, trató de tranquilizar a los mercados al decir que el país no está cerca de abandonar sus compromisos, y rechazó la idea de que esta crisis obligará a Holanda a seguir el camino de las economías europeas más atribuladas.

No hay correlación alguna entre Holanda y los países del sur de Europa. Nuestra deuda soberana es de 65 por ciento (de la producción económica total), lo que está muy por debajo de la media de la zona euro, sostuvo.

Las negociaciones entre el Partido Liberal de Rutte, el Partido Demócrata Cristiano del viceprimer ministro, Maxime Verhagen, y el Partido de la Libertad, de Geert Wilders, apuntaban a establecer un recorte de gastos de 16 mil millones de euros en 2013, para respetar las normas europeas de déficits públicos.

Sin embargo, Wilders se negó a aprobar tales disposiciones, que habrían revertido el poder adquisitivo de los holandeses, entre las que figuraban un ligero aumento del IVA, congelación del sueldo de los funcionarios y reducción de los presupuestos destinados a la salud y ayuda a los países en desarrollo.

Se espera que la próxima semana el gobierno holandés informe a Bruselas cómo recortará su déficit presupuestario del próximo año para cumplir con las normas de la Unión Europea, y luego se enfrentará a meses de incertidumbre antes de las elecciones, con la posibilidad de que se origine un gobierno euroescéptico, según algunos analistas.