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Un ministro que pecó de honesto
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de abril de 2012, p. 10

La trayectoria jurídica del ministro en retiro Juventino V. Castro y Castro estuvo a punto de llegar a su punto más alto en 1995, cuando estuvo a un voto de ser elegido presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Perdió la oportunidad de presidir al máximo tribunal por un solo voto; años después reconoció que su error fue no votar por sí mismo; el otro contendiente sí lo hizo.

Sus compañeros de pleno comentaron que don Juventino pecó de honesto.

Castro y Castro fue jurista de toda la vida, escritor, profesor, consultor, asesor jurídico, abogado postulante, ministro de la SCJN, activista social y diputado federal por el PRD.

Doctor en derecho y licenciado en filosofía y letras, creó la asociación civil Cambio de la Cultura en México, con la que impulsó acciones para fortalecer la cultura política y jurídica en el país.

Después de que que pasó al retiro como ministro de la Corte (1995-2003), mantuvo su presencia en el llamado foro jurídico; escribía artículos semanales en los que opinaba sobre asuntos de interés.

Murió siendo diputado federal, aunque la mayoría de su vida profesional la dedicó a las leyes y su aplicación. Tan es así, que en la capilla ardiente donde fueron velados sus restos fueron pocos los políticos que asistieron; la mayoría de los presentes eran familiares y abogados. Destacó la presencia del ministro presidente de la Corte, Juan N. Silva Meza, a quien Castro llamaba cariñosamente Juanito, quien adelantó a los hermanos e hijas de don Juventio que la SCJN le realizaría este lunes un homenaje de cuerpo presente en el salón de plenos.

Siendo ministro, Castro y Castro fue artífice para que la Corte investigara en 1995 la matanza en el vado de Aguas Blancas, que derivó en una decisión histórica: por primera vez los ministros resolvieron que un gobernador en funciones (Rubén Figueroa) había violado gravemente las garantías individuales de las víctimas, y aunque ningún otro poder federal o estatal dio seguimiento a la resolución del pleno, la solidez del dictamen que elaboró Castro con el ministro también fallecido Humberto Román Palacios orilló al mandatario de Guerrero a pedir licencia.

En materia jurídica, el caso Aguas Blancas marcó también una etapa, ya que el pleno aprobó la tesis (LXXXIX/96) que consagró el derecho a la información y determinó que dicha garantía está íntimamente relacionada con el respeto a la verdad que debe ser la base del desarrollo de la conciencia ciudadana.

Prolífico escritor, don Juventino, como lo llamaban sus amigos, dedicó una de sus últimas obras al procedimiento de solicitud de desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Su opinión al respecto incomodó a más de uno de sus ex compañeros ministros cuando señaló que el procedimiento en contra del candidato presidencial perredista revelaba que el Poder Judicial Federal –encabezado en aquel entonces por Mariano Azuela–, se había ajustado a los deseos políticos del Ejecutivo.

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A diferencia de otros ministros jubilados, quienes no pierden ocasión para acudir a sesiones solemnes del pleno de la SCJN, después de expresar sus puntos de vista sobre el desafuero del político tabasqueño, su presencia en actos de la Corte fue cada vez más esporádica.

Su forma crítica de ver el derecho lo fue acercando políticamente a la izquierda, a grado tal que se convirtió en asesor jurídico de López Obrador durante su campaña electoral de 2006.

Posteriormente fue electo diputado federal por el PRD en 2009 como candidato externo, y a propuesta de este partido fue designado presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales.

En la última entrevista que concedió a este diario, el ministro en retiro dijo que la parecía deplorable la actitud del presidente Felipe Calderón, porque no cumple con la defensa irrestricta del interés nacional.

Con dureza, el ministro acusó en su tiempo lo que consideraba el principal defecto de la sociedad mexicana: todas estas cosas nos pasan por la indiferencia del pueblo de México, que es el que debe resolver estas cuestiones. Proponemos que ningún tratado o acuerdo se celebre sin autorización del pueblo.

Castro y Castro inició su carrera en la Suprema Corte como secretario de estudio y cuenta en 1948, donde hizo una pausa en 1952 al hacerse cargo de la dirección jurídica de la Lotería Nacional, entre 1953 y 1977.

También formó parte del despacho Castro y González Guevara, y fue catedrático de garantías y amparo y derecho.

Siendo director y consultor jurídico de la Procuraduría General de la República (1982-1988), Castro y Castro jugó un papel fundamental para lograr la extradición a México del ex jefe de la policía capitalina Arturo Durazo Moreno –detenido en Puerto Rico en 1984– y que enfrentara cargos por los delitos de contrabando, acopio de armas y abuso de autoridad. Más allá del personaje en cuestión, el ministro en retiro llegó a comentar que ese asunto fue jurídicamente muy complicado para el gobierno mexicano.

Este lunes, don Juventino Castro y Castro recibirá un homenaje de cuerpo presente en el salón de plenos de la SCJN. Hasta el cierre de la edición la Cámara de Diputados no había hecho ningún pronunciamiento oficial sobre su muerte.