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Dedicaron los monumentales demonios al cambio climático, la sobrepoblación y la pobreza

Más de 3 mil personas acudieron a la quema de Judas, en el Museo Dolores Olmedo
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de abril de 2012, p. 5

Los Judas de cartón y carrizo que representan al mal estallaron en el Museo Dolores Olmedo para preservar una tradición histórica y cultural mexicana que se celebra cada Sábado de Gloria. Más de 3 mil 500 personas acudieron a la ex Hacienda de la Noria, en Xochimilco, para observar cómo los monumentales demonios de la pobreza, la sobrepoblación y el cambio climático eran destruidos gracias a la destreza de artesanos pirotécnicos de Tultepec, estado de México.

Son obras de arte destinadas a ser sacrificadas, para alegría y diversión feroz del pueblo que las produce: tienen, pues, un destino maravilloso, escribió el pintor Diego Rivera, quien fue admirador y coleccionista de estas piezas artesanales.

¡Diablos!, gritó una voz después de que un Judas rojizo de más de tres metros comenzó a girar velozmente entre un haz de humo, y finalmente voló estruendosamente en millares de piezas. Por media hora, los cuatro monigotes destinados a tronar pasados al cadalso de la pólvora. También se quemaron toritos al ritmo de una banda sinaloense y castillos de figuras que se movían velozmente en el aire.

La costumbre que se refiere al apóstol Judas Iscariote, quien traicionó a Cristo por 30 monedas, ha sido transformada en una forma simbólica de destruir a los males y enemigos, como sátira social y política.

El gran muralista mexicano destacó un valor artístico a estas piezas, el valor plástico de los Judas es enorme; es indudable que como objeto plástico, expresión conjunta de estructura, forma y color, en el arte del México actual, son indudablemente lo más valioso, asentó en un texto en 1949.

Josefina García, directora de colecciones y servicios educativos de Museo Dolores Olmedo, consideró al respecto que “actualmente hay una valoración acerca de estas tradiciones. Tanto Diego Rivera como Frida Kahlo fueron grandes admiradores, sobre todo de las tradiciones populares, pero también hicieron un rescate muy grande de los trabajos artesanales, de los oficios; una de las labores fue contactar a Carmen Caballero y a Pedro Linares.

Lograron reunir una colección muy grande de piezas artesanales de tres metros, que conservaron en su casa de San Ángel Inn y en la Casa Azul; actualmente se exhiben algunas de esas piezas. Eso también impulsó la presencia de los artesanos que se dedican a la pirotecnia”. El museo también posee una gran colección de Carmen Caballero y Pedro Linares, la cual adquirió Dolores Olmedo, con piezas que datan de más de 50 años y otras más recientes, que se exhiben en la Sala de Arte Popular.

La quema de Judas en este museo, que reúne la mayor colección de obras de la pareja de pintores mexicanos, se realizó como parte del cuarto Carnaval de Tradiciones, el cual también incluyó el montaje Altar de Dolores y la vendimia de productos de la región de Xochimilco.

Es de desearse que finalmente nuestros artistas plásticos sepan ver y tomarla para sí, en lo que les convenga, la admirable lección y extraordinaria belleza de los Judas; probablemente la mejor plástica actual de producción anónima, es decir, realmente humana y universal, por milenariamente local y nacionalísima, llamó a revalorizar Diego Rivera hace más de 60 años.