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Proclaman el Estado de Azawad; rechazo inmediato de la comunidad internacional

Tras conquistar territorio norte de Malí, rebeldes tuareg se declaran independientes

La junta militar que controla el sur del país firma pacto para el regreso del orden constitucional

 
Periódico La Jornada
Sábado 7 de abril de 2012, p. 17

Bamako, 6 de abril. Los rebeldes tuareg del norte de Malí proclamaron hoy la independencia de la región de Azawad tras haber capturado esta semana ciudades claves, lo cual causó el inmediato rechazo de Francia, Estados Unidos, Argelia, la Unión Africana (UA), la Unión Europea (UE) y de otros organismos, así como del grupo islamita maliense Ansar Din.

Los tuareg, aglutinados en el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), proclamaron la independencia por medio de una declaración publicada en su sitio oficial web y en una declaración posterior emitida ante la televisión France 24 por el vocero de la organización rebelde, Mosa Ag Attaher.

Solemnemente declaramos la independencia de Azawad desde hoy, expresó.

Considerando la acumulación de más de 50 años de mal gobierno, corrupción, que pusieron en peligro la existencia del pueblo de Azawad (el país de los nómadas), la estabilidad regional y la paz internacional, proclamamos irrevocablemente el Estado de Azawad independiente, señaló la proclama emitida desde la ciudad de Tombuctú.

En su comunicado los tuareg señalaron que establecerán fronteras inviolables con estados colindantes, y el comité ejecutivo del MNLA instó a la comunidad internacional a reconocer su Estado inmediatamente, cuyo conflicto ha provocado que cientos de civiles continúen huyendo de la región.

Azawad, territorio árido, con una superficie equivalente a las de Francia y Bélgica sumadas, se sitúa al norte del río Níger y comprende las regiones administrativas de Kidal, Tombuctú y Gao, las cuales fueron tomadas por los rebeldes tuareg y del movimiento Ansar Din apoyado por elementos de Al Qaeda en el magreb islámico, entre otros grupos.

La conquista de esas regiones del país africano ocurrió aprovechando el golpe de Estado dado por militares el 22 de marzo, que derrocó al presidente Amadou Toumani Touré, a quien los golpistas habían acusado de debilidad para enfrentar la rebelión de los separatistas, así como de actos de corrupción bajo su gobierno.

La junta militar, que controla el sur del país desde la capital Bamako, enfrenta el rechazo de la comunidad internacional y un embargo económico de países africanos para que dé marcha atrás. Ante esta presión, la junta militar firmó este viernes con la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO) un acuerdo para el regreso del orden constitucional a través del Congreso.

Rechazamos la declaración de independencia del MNLA y reiteramos nuestro llamado por la integridad territorial de Malí, dijo el portavoz estadunidense del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, al sumarse a Europa en la negativa a aceptar las pretensiones de los rebeldes, que desde la propia independencia de Malí de Francia en 1960 alimentaban ese sueño.

París afirmó que considera que la declaración unilateral de independencia de Azawad es nula y no vinculante, abogó por defender la unidad y la integridad territorial de Malí y condenó los hechos de violencia y secuestros cometidos en la región.

El Ministerio de Defensa francés dijo que la independencia no será reconocida por los estados africanos y que no tiene ningún sentido.

La CEDEAO amenazó con recurrir a la fuerza para preservar la integridad territorial de Malí y apuntó que denuncia y considera nula la proclamación de independencia del Azawad.

La UA también dijo que rechazaba totalmente esa proclamación, mientras la UE señaló que desde el inicio de la crisis se pronunció en favor de la integridad territorial de Malí.

Omar Hamaha, jefe militar del grupo islamista Ansar Din, que tomó la ciudad de Tombuctú en el norte de Malí, afirmó que su guerra era contra la independencia de Azawad y en pro del islam.

Centenares de jóvenes malienses, en su mayoría nativos del norte del país, denunciaron en Bamako las ignominias cometidas en sus regiones por rebeldes tuareg e islamistas armados.

Organismos como Amnistía Internacional alertaron sobre los efectos combinados de sequía, violencia y graves violaciones a los derechos humanos en la zona norte de Malí, la cual está al borde del desastre humanitario.