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Sólo les puedo decir lo eterno que es para mí el valor de la palabra gracias, dijo el arquitecto

Rindieron homenaje a Pedro Ramírez Vázquez en el Museo de Antropología

La soprano Ana Gabriella Schwedhelm, su nieta, y el pianista Rubén Fernández ofrecieron un recital

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Pedro Ramírez Vázquez (con micrófono), la noche del domingo, durante el homenaje que recibió en el Museo Nacional de AntropologíaFoto cortesía INAH
 
Periódico La Jornada
Martes 27 de marzo de 2012, p. 5

La noche del domingo, Pedro Ramírez Vázquez recibió un homenaje con un recital efectuado en el Museo Nacional de Antropología (MNA), recinto que figura entre las creaciones más representativas del arquitecto.

En el acto, realizado en el auditorio Jaime Torres Bodet del recinto de Reforma y Gandhi, Chapultepec, participó la soprano Ana Gabriella Schwedhelm Ramírez, nieta del urbanista, y el pianista español Rubén Fernández Aguirre, quienes deleitaron a los invitados, familiares y amigos del homenajeado.

Ahora lo he sentido más que nunca, más que siempre, ahora es cierto que ustedes son mi familia. Sólo les puedo decir lo eterno que será para mí el valor de la palabra gracias. Gracias a ustedes por hoy y por siempre, expresó Ramírez Vázquez, artífice también de construcciones como el Museo de Arte Moderno y el estadio Azteca.

En el recital organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Patronato del Museo Nacional de Antropología, la dirección del MNA y la familia Ramírez Vázquez, fueron interpretadas obras de Xavier Montsalvatge (1912-2002), Ignacio Fernández Esperón (1892-1968), Joaquín Turina (1882-1949), María Grever (1884-1951) y Agustín Lara (1897-1970).

Diana Magaloni, directora del museo, recordó que Ramírez Vázquez ha mantenido a lo largo de su trayectoria la convicción de crear espacios propicios para la funcionalidad y la convivencia de las personas.

Respecto del recinto que dirige, la funcionaria manifestó que el inmueble es uno de los más importantes del siglo XX y tan atemporal como sus colecciones; que evoque y se inspire en el urbanismo mesoamericano para albergar el patrimonio, es algo de lo que se debe estar muy orgulloso.

Marcos Fastlicht, presidente de Patronato del MNA, dijo que el arquitecto es uno de los grandes iconos del país.

De hecho, añadió, Ramírez Vázquez todavía viene al museo, nos regaña, critica y, lo mejor, nos sugiere. En lo personal sólo tengo palabras para agradecerle su amistad y lo que ha hecho por el país, donde se le recordará por los siguientes siglos. Gracias por ser quien es y por lo que nos ha dado a todos.

El año pasado, a propósito del cumpleaños 92 de Ramírez Vázquez, el arquitecto dijo a La Jornada: Esta profesión por sí misma genera siempre más trabajo. Y también se refirió a lo sucedido en Japón tras el terremoto tsunami y, sobre lo cual manifestó: Dios quiera que no tengamos temblores de más de 8 grados (en la escala de Richter), porque eso podría ser catastrófico en nuestro país.

Durante el recital-homenaje se proyectó además un video biográfico del arquitecto: Una vida construyendo espacios, que documenta la trayectoria de quien “en sus visiones arquitectónicas da primacía a la funcionalidad.

Sus edificios siguen firmes con alma de eternos, asombrando por su vigencia e imponente presencia. Obras que le hacen sentir tranquilo con su conciencia, dijo alguien del auditorio.

Arquitecto de la modernidad

Pedro Ramírez Vázquez nació en la ciudad de México el 16 de abril de 1919 y entre sus obras arquitectónicas destacan en el paisaje urbano capitalino la Basílica de Guadalupe; la Facultad de Medicina, en Ciudad Universitaria, y el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Otras de sus creaciones son las torres de la Secretaría de Relaciones Exteriores (una alberga hoy el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la Universidad Nacional Autónoma de México) y la de Mexicana de Aviación; además del edificio sede del Comité Olímpico Internacional, en Lausana, Suiza.

Al arquitecto de la modernidad, también se debe la fundación y edificación de la Unidad Artística y Cultural del Bosque.