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La ludopatía atrapa a niños chetumaleños en la zona libre de Belice; autoridades, ausentes

Propone Osuna Millán frenar la apertura de casinos en BC

Se detendrían los permisos de cambio de uso de suelo y construcción

Obligarán a casas de juego en NL a diseñar programas de emergencia

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Anuncio espectacular en Chetumal de uno de los casinos que operan en la frontera entre México y BeliceFoto Javier Chávez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 20 de marzo de 2012, p. 29

Mexicali BC, 19 de marzo. El gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, envió al Congreso local una iniciativa para reformar el artículo cuarto de la Ley de Desarrollo Urbano del estado a fin de prohibir la entrega de permisos de uso de suelo y de construcción para nuevos casinos, casas o centros de apuestas, y evitar que la proliferación de casinos continúe impactando negativamente el desarrollo del estado.

En Baja California existen 17 casinos, la mayoría autorizados entre octubre de 2010 y febrero de 2011. La reforma busca uniformar la entrega de permisos de uso de suelo en los cinco municipios; es decir, en la ley quedarían restringidos los trámites para casas, centros o cualquier establecimiento que opere juego con apuestas, apuntó.

El gobernador dijo esperar que los diputados locales autoricen inhibir la apertura de nuevos establecimientos de apuestas porque afectan no sólo el desarrollo urbano de la entidad, sino también fomentan el vicio del juego y ponen en riesgo la estabilidad económica y familiar.

Osuna Millán hizo un reconocimiento a los alcaldes y sus cabildos por los esfuerzos que han hecho para cerrar el paso a los casinos. Los gobiernos municipales de Mexicali, Tecate y Playas de Rosarito han realizado acciones en el ámbito de su competencia para mitigar este impacto negativo de los casinos. Ahora estamos contribuyendo para lograr uniformidad en el estado, precisó.

La parte medular del artículo único enviado por Osuna Millan dice: Quedan prohibidos los usos de suelo y de construcción para casinos, casas, centros o cualquier establecimiento que opere juegos con apuestas, apuestas remotas, salas de sorteo de números, mesas de juego, máquinas electrónicas de juego, videojuegos electrónicos susceptibles de apuestas, máquinas de videojuegos electrónicos o electromecánicas de habilidad y destreza, juegos de azar y demás similares.

En Nuevo León, el Congreso local ha aprobado este año dos reformas sobre el tema: la primera, aprobada en febrero pasado, prohíbe instalar más casas de juego.

La segunda, votada este lunes, modifica los artículos 27 y 86 de la Ley de Protección Civil para obligar a los centros de apuestas y establecimientos similares a elaborar, establecer, operar y evaluar permanentemente un programa interno de protección civil, así como a implantar mecanismos de coordinación con empresas y entidades públicas y sociales, a nivel federal, estatal y municipal, realizando actividades que conduzcan a salvaguardar la integridad física del personal de las instalaciones de la unidad y su entorno, señala el dictamen.

Además estipula que se deben realizar simulacros y contar con personal calificado en protección civil, y permite a la autoridad sancionar a quien no cumpla con dichas medidas preventivas.

En agosto pasado, 52 personas murieron en un incendio intencional en el Casino Royale.

En Coahuila también se legisla para impedir la instalación de nuevos casinos y regular mejor los ya existentes.

Alertan especialistas sobre efectos nocivos

Javier Chávez Corresponsal

Chetumal, QR, 19 de marzo. Es medianoche, pero la luz de las máquinas tragamonedas y la estridencia de las expresiones de júbilo o de desaliento en las mesas permiten olvidarlo. Decenas de niños chetumaleños deambulan en los pasillos del casino Las Vegas, en la zona libre de Belice –fronteriza con Quintana Roo– en companía de sus madres; algunas incluso cargan a sus bebés en cangureras mientras juegan bingo hasta el amanecer, o hasta que el cuerpo y el bolsillo llegan a su límite.

No sólo ellas juegan. Presa de la ansiedad y con un whisky en la mano izquierda, ante la máquina tragamonedas un burócrata del gobierno del estado agota su quincena íntegra: 12 mil pesos extraídos del sobre manila con una mezcla de esperanza y desesperación. Si la suerte falla está la opción de empeñar alguna pertenencia.

Como este empleado promedio y las señoras de cangurera, decenas de apostadores chetumaleños prueban suerte una y otra vez. Parejas, solteros, viudas y jubilados, entre otros, han hecho de la apuesta una rutina. En los salones llama la atención la frecuente presencia de niños, algunos de los cuales juegan con permiso de sus padres.

El sicólogo Héctor Marín López, quien desde hace seis años se ha especializado en ludopatía (trabaja en la Comisión para la Juventud y el Deporte de Quintana Roo), advierte que la pasión por el juego en los dos casinos de la zona libre ha hecho a muchos tocar fondo, ya que han empeñado e incluso perdido autos, casas, terrenos y otros bienes, o piden prestado dinero a los amigos.

El televisor es lo primero que empeñan; eso me han dicho mis pacientes. En segundo lugar, el equipo de sonido, precisa el especialista, que se ha dedicado a estudiar este fenómeno.

Un ludópata puede estar de ocho a 10 horas en el casino, donde hay luz permanente, lo que hace perder la noción del tiempo. En una noche promedio, en una casa de apuestas de esta frontera puede haber 150 jugadores, y al mediodía entre 50 y 60.

La ex jefa del departamento de sicología de la Procuraduría de Defensa del Menor y la Familia, Wendy Peña Lopez, señaló que exponer a los menores al ambiente de los casinos tiene efectos muy perniciosos por el estado emocional que provoca, la adrenalina, el saber que pueden conseguir cosas de manera fácil, sin esfuerzo.

Aclara que la procuraduría no ha atendido un solo caso de ludopatía en menores porque no hay denuncias, y porque en ocasiones las familias son adictas al juego y no se percatan del daño puede causar en un niño.

Alcohol gratis y apuestas desde uno hasta 200 dólares

Ubicado a la entrada de la zona libre, a unos pasos del puente internacional de Subteniente López, el casino Princess cuenta con cuatro ruletas, cuatro mesas de póker, cinco mesas de blackjack y 350 máquinas tragamonedas que funcionan con monedas, tarjetas de crédito y billetes. Las apuestas en las mesas van desde un dólar hasta 200.

Quienes terminan rendidos pueden ir directamente a una de las habitaciones del hotel por una tarifa promedio de 100 dólares. Los bocadillos, la cerveza mexicana y el whisky de mediana calidad son gratis en los dos casinos de la frontera.

Una mujer de unos 50 años de edad soba con fuerza la pantalla de la máquina de juegos del casino antes de apretar el botón que activa el mecanismo. Algunos llevan estampas de santos católicos o estatuillas de la Santa Muerte, que colocan con fe sobre las máquinas.