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¿Dónde está el paraíso?
Del atraso al progreso
Alain Derbez
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or lo que puede verse, la administración que afirma haber puesto a salvo
a Petróleos Mexicanos (Pemex) y haberle devuelto su viabilidad a largo plazo
–las frases fueron utilizadas por el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, al inaugurar la plataforma Bicentenario el pasado 27 de febrero– también es la que ha llevado la deuda de la paraestatal a niveles astronómicos. De acuerdo con cifras oficiales, la deuda total de Pemex al final de 2011 ascendió a 55 mil 951 millones de dólares, el monto más elevado en la historia reciente, y se espera que suba a más de 59 mil millones de dólares al concluir el presente año.
Condenan servilismo ante el FMI
os que promueven y votan a favor de la entrega de los dineros patrimonio de los mexicanos al Fondo Monetario Internacional están cometiendo un crimen. Recursos que deberían ser utilizados para dar empleo, alimento, salud, educación a todos los mexicanos, se destinan al FMI, principal organismo responsable de los ajustes estructurales que han ocasionado hambre, miseria y muerte de millones de seres humanos. Nuestros pueblos latinoamericanos han sufrido las consecuencias de esas políticas que hunden a naciones enteras. Hoy en Grecia los trabajadores y el pueblo están padeciendo su dictadura. Los que están a favor y votan por ese despojo cometen crimen de lesa patria.
s difícil recordar una contienda presidencial tan somnolienta como la que transcurre en estos días. Los discursos, las imágenes, las decenas de miles de espots en la televisión y la radio, apenas se perciben como una suerte de ruido de fondo en la maquinaria cotidiana de una sociedad absorta en los dilemas de su sobrevivencia elemental. La esperanza del cambio que movilizó las elecciones del año 2000 ha quedado archivada en la distancia de una fecha que ya se pierde en el tiempo. El estrépito del conflicto de 2006 ha pasado a formar parte de una suerte de registro traumático, al menos en la percepción de los contendientes principales de la disputa en curso. Simplemente no quieren volver a ella. Es como si prevaleciera la impresión de un automatismo: pierde el primero que apunta al otro con la lanza en ristre. Si desde 1988 las elecciones presidenciales se habían desarrollado como una paráfrasis de una batalla civil, hoy se antojan como un certamen de audiciones para evaluar quién dice menos con la mayor cantidad de recursos.
n país que, como el nuestro, enfrenta un grave deterioro del respeto a los derechos de las personas, por la proliferación de lamentables casos de abusos violentos, la criminalidad descontrolada y la exclusión de las oportunidades consagradas por la Constitución y los tratados internacionales, ve cada día multiplicarse el número de víctimas en todo el territorio nacional, y carece al mismo tiempo de mecanismos institucionales efectivos para dar respuesta a demandas que son cada vez más numerosas e intensas en sufrimiento.
umentar el número de niños atendidos fue el argumento con que el tecnócrata Santiago Levy (hoy asesor de Enrique Peña Nieto) persuadió en 2002 a Vicente Fox para generalizar la subrogación de las guarderías del IMSS. Ocho años después, ese argumento había rodado miserablemente por los suelos.
ada civilización establece una relación material e inmaterial con la naturaleza. Hoy, la crisis de la civilización moderna es, antes que todo, una crisis de sus formas de apropiarse los recursos, procesos y servicios del mundo natural. Son los modos agroindustriales de producir causa primera y fundamental de la destrucción ecológica en todos los rincones del planeta y de su principal efecto: el cambio climático.
n las campañas electorales el centro de la disputa debería ser entre alternativas diferentes para enfrentar problemas que en principio tendrían que ser comunes. Desde la priorización de los temas hasta la agenda misma que los partidos proponen a los ciudadanos y la narrativa que la acompaña, deberían estar claras las opciones.
jo candidatos en el Distrito Federal a cargos públicos, gobernantes de todos los niveles y diversas áreas, no olviden a un sector de trabajadores que durante los dos o tres primeros meses de cada año se las ven negras para sacar adelante gastos y compromisos, colegiaturas y hasta alimentos; me refiero a los empleados contratados por el sistema de honorarios para quienes la cuesta de enero se prolonga hasta abril.