Recibió un Ferrari y devolvió un Volkswagen, así resumió el dueño de Chivas, Jorge Vergara, el paso de Fernando Quirarte por el timón rojiblanco. Su molestia es porque no encuentra explicación de cómo un equipo que alcanzó el superliderato en el torneo pasado actualmente sólo ha sumado derrotas. Lo que quedó de aquel equipo –dijo– fue un verdadero caos.

Y como si la imagen automovilística no fuera lo suficientemente gráfica para descalificar el trabajo del ex técnico rojiblanco, fue todavía más severo.

Chivas juega como gallina sin cabeza; un equipo que era líder la temporada pasada, un equipo que fue subcampeón en la Copa Libertadores, ¿cómo es posible que juegue como jugó el sábado ante Xolos, atizó.

Luego de las tres derrotas de esta campaña, Vergara consideró que el ex entrenador no estaba preparado para hacerse cargo del equipo y lo señaló como el único responsable del mal momento del Rebaño.

“Quirarte no necesitaba que le pusieran el mantel para nada, no necesitaba ayuda de los jugadores, él solito se la tendió; la muestra es que el viernes ratificó que no renunciaba y el sábado renunció, es la mejor muestra.

Fue una grave equivocación aceptar que Rafael Ortega lo eligiera. Quirarte estaba confundido, no sabía a quién poner, a quién alinear.

Ahora, agregó, el ex entrenador tratará de eludir su responsabilidad y de repartir las culpas. Va a echar culpas a todo, a la falta de presupuesto, hasta a mí.

Sobre el relevo, negó que hayan buscado a Omar Arellano, Alberto Coyote o Javier Aguirre.

Yo no he visto a Javier Aguirre desde antes del Mundial (Sudáfrica 2010), la última vez que lo vi fue cuando se le contrató y se entrevistó con aquel comité de selecciones nacionales, aclaró.

Fue contundente: Creo que no lo voy a volver a ver, está clarísimo que no tiene la capacidad para dirigir a Chivas y mucho menos para que me recomiende a quién poner en el banquillo.

Por ahora, el técnico será Héctor Real, pero el miércoles decidirán quién será el sustituto, y adelantó que con el nuevo entrenador será distinto. Les garantizo que Chivas será diferente; la parte anímica será otra; no veo obstáculo.

La respuesta de Quirarte no tuvo el mismo voltaje, fue respetuoso: sólo habló de agradecimiento con los dueños del club y si acaso argumentó que con los tres partidos perdidos esta campaña no se puede calificar a un entrenador.

El mediocampista Marco Fabián compartió la carga por el mal paso. No creo que el problema esté en la dirección técnica; los mayores responsables somos los jugadores.