El Gobierno del Distrito Federal resguardó el comienzo de los trabajos de las obras de la supervía poniente en la avenida Luis Cabrera la madrugada de ayer con un fuerte despliegue de granaderos una semana después que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal declaró la nulidad de la autorización de impacto ambiental para la construcción de la supervía poniente.

En el tramo que comprende Presa Reventada a San Bernabé se detectó una fuerte presencia de elementos del cuerpo de granaderos, que se apostaron a lo largo de Luis Cabrera. Conforme pasaron las horas el número de uniformados creció y se sumaron integrante de Fuerza de Tarea que, pasadas las tres de la madrugada, cerraron la avenida.

Los vecinos del Cerro del Judío lamentaron que a pesar de que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal recomendó que los operativos en la zona se hicieran durante el día y entre semana, una vez más por la madrugada y en día inhábil, el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, ordenó un desproporcionado despliegue de fuerza pública en la colonia La Malinche, para imponer el tan cuestionado proyecto vial, utilizando recursos públicos en beneficio de empresas privadas.

De acuerdo con el reporte de los mismos uniformados, 600 granaderos se concentraron en el lugar para resguardar la maquinaria y a los trabajadores que comenzarían la obra. Además de que en toda la zona se colocaron vallas metálicas como protección.

Vecinos denunciaron que se hizo tala ilegal de árboles del camellón central, pese a tratarse de una zona federal, pues se ubica debajo de los cables de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad. Para evitar más derribos un grupo de ciudadanos se ató a los troncos.

Ante el acto de autoridad, los vecinos se manifestaron en avenida San Bernabé, porque nunca estuvo el responsable o representante del gobierno que explicara porque se efectuó el operativo y la presencia de los uniformados en la zona. El tramo que intervinieron, expusieron los manifestantes, “es ajeno al supuesto trazo definitivo de la supervía poniente”; según los trabajadores, comenzaron la construcción de una lumbrera de 8 metros de diámetro, por de 30 de profundidad.

Al lugar se presentaron visitadores de la Comisión de Derechos Humanos local y por varias horas los vecinos se dedicaron a informar a la ciudadanía del despliegue de elementos de seguridad para el resguardo de una obra privada.