Desde hace varios años y debido a la falta de espacios para el personal administrativo, en la delegación Iztapalapa se adecuaron diversas áreas en cuartos hechos de lámina a espaldas del edificio principal, donde se encuentra la jefatura delegacional. Actualmente ahí está el taller de mantenimiento, donde se sueldan o arman piezas a cualquier hora del día, situación que pone en riesgo a las personas.

El taller está frente a las áreas de desarrollo social y de capacitación de empleo, en las que suele haber largas filas de beneficiarios de programas sociales en espera de atención, pese a ello si hay piezas que deban soldarse, esto se lleva a cabo a cualquier hora del día.

Algunos de los visitantes a la delegación han manifestado su descontento por el riesgo que implica que al paso de las personas los trabajadores suelden las piezas metálicas con electricidad, porque una chispa en el cabello o ropa podría causarles daño o generar algún incidente.

También el salón del área de capacitación y empleo, donde se ofertan vacantes y dan los cursos, cuentan con aulas deterioradas, despintadas y con partes metálicas oxidadas e incluso hay una torre de pupitres apilados que podrían venirse abajo y el plafón de los techos está prácticamente vencido.

Aspecto de las instalaciones de la delegaciónFoto Jesús Villaseca

Conforme se va avanzando en las oficinas es evidente la carencia de recursos, e incluso el área de fotocopiado tiene instrucciones de sacar sólo un determinado número de copias por dependencia y si alguna requiere de una cantidad mayor tendrá que estar autorizado por un superior.

Iztapalapa es la delegación más poblada del Distrito Federal y pese a que las oficinas se dividieron en direcciones territoriales para mejorar la atención que se da a los ciudadanos, la centralización de algunos programas sociales hace que confluya un importante número de personas en la sede principal, además de la solicitud de servicios o trámites.

En el edificio también se reporta escasez de agua, lo cual, como en el resto de la delegación, es una constante, lo que impide, a decir de los encargados de la limpieza, que se haga el aseo a conciencia. De los baños, la mayoría parte del tiempo se despide mal olor, y no porque no se les eche agua, pero se emplea líquido reusado.

Otra de las situaciones es el montón de desechos que se acumulan en el área común y frente a la pagaduría. De las oficinas, talleres y diferentes secciones de la delegación, sacan lo que no sirve y los depositan en el pasillo. Hay llantas, radiadores, rines entre otros objetos que obstruyen el paso.