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Ver día anteriorDomingo 11 de diciembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde otras ciudades

Morocco Mall en Casablanca

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Aspecto de la arquitectura de MarruecosFoto Tomada de Internet
C

asablanca, bañada por el Atlántico, es la ciudad más grande de Marruecos (la capital es Rabat) con alrededor de 3 millones de habitantes, famosa como laboratorio de la modernidad debido a la variedad de estilos: árabo-andaluz, art-nouveau, art-decó, cubismo o brutalismo, que en el siglo XX construyeron arquitectos recién egresados de la escuela de Bellas Artes de París, marginando el paisaje urbano mundialmente conocido por la película que en 1940 protagonizaron Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.

La Gran Mezquita de Hassán II, construida entre 1986 y 1993, con un minarete de 200 metros de altura, el más alto después de los de La Meca y de Medina, es también la tercera mezquita más grande del mundo. El Megarama, complejo de cines más grande de África con la segunda pantalla más grande después de la de Los Ángeles en EU. El segundo centro deportivo del mundo, después del de Nueva Zelanda, favorece la candidatura de Casablanca para sede de los Juegos Olímpicos en 2020. Rascacielos como el Casa Nearshore, que medirá 160 metros de altura y las dos torres del Twin Center son también parte de una carrera hacia los récords mundiales de gigantismo arquitectónico al que se acaba de unir el Morocco Mall, centro comercial superlativo, inaugurado el 3 de diciembre pasado sin la presencia de la prensa nacional pues, según se dijo, las personalidades extranjeras, entre ellas Jennifer López, pidieron que sólo hubiera prensa extranjera.

Tal vez porque el Mall quedó en medio de zonas paupérrimas y porque de los 180 millones de euros invertidos no se destinó nada a dotar de la mínima infraestructura sus alrededores, los organizadores temieron, en el contexto actual del mundo árabe, que la prensa convocara a manifestaciones y revueltas como las de junio de 1981, cuando el pueblo atacó los signos de riqueza más ofensivos que encontró a su paso.

Yuriria Iturriaga