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Ver día anteriorSábado 10 de diciembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de Abajo

Xayakalan, indefenso

L

as 40 familias que habitan el poblado de Xayakalan, en Ostula, Michoacán, se encuentran en total indefensión ante el grupo armado que asesinó el pasado 6 de diciembre a Trinidad de la Cruz Crisóstomo. A pesar de la alerta que emitieron hace dos días, en la que advirtieron que temen una nueva agresión en su contra, hasta el momento de escribir esta columna no hay rondines de la Secretaría de Marina, que se encuentra a tan sólo unos minutos del poblado, lo cual contraviene el acuerdo tomado el pasado 28 de noviembre en una reunión de los comuneros de Ostula, entre ellos don Trino, con representantes de los gobiernos federal y estatal, en el que se comprometieron a instrumentar medidas de seguridad para la población, entre ellas los rondines.

Este viernes don Trino fue sepultado en la comunidad de La Ticla, a unos minutos de Xayakalan. A su sepelio acudieron cientos de personas de la comunidad nahua de Ostula, a pesar del miedo que los envuelve.

El jueves por la noche la Secretaría de Gobernación se comprometió también a garantizar la seguridad de la población a partir de este viernes, pero siguen sin aparecerse por el poblado. El 6 de diciembre las fuerzas de seguridad abandonaron a la caravana del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que se encontraba en Ostula y a la que acompañaba Trinidad de la Cruz, por lo que el grupo armado secuestró sin ningún obstáculo a la caravana, y secuestró y asesinó a don Trino. La pregunta es si también dejarán sola al resto de la comunidad, asumiendo la responsabilidad de lo que ahí suceda.

¿Qué hay en Ostula? Las mil hectáreas que recuperaron los nahuas son territorio codiciado por megaproyectos carreteros, inmobiliaros, mineros y turísticos, además del crimen organizado. Es una franja del litoral del Pacífico michoacano cuyos títulos de propiedad avalan la posesión de los nahuas de las tierras recuperadas. Se trata de títulos de la época virreinal que fueron confirmados en una resolución presidencial en 1964.

En este contexto, la actual ofensiva sigue el manual neoliberal sobre los territorios indígenas. Se trata de sembrar el terror con base en asesinatos y desapariciones, hasta lograr que las familias abandonen sus tierras y se consume el despojo, alejando simultáneamente la solidaridad y el acompañamiento de la sociedad civil, que al igual que los comuneros, son amenazados de muerte.

Exigir las inmediatas garantías de seguridad para la población de Xayakalan y la solución jurídica sobre la posesión de las tierras que les pertenecen es tarea de todos, pues, alertan los nahuas, este viernes los agresores regresaron al poblado y cada minuto cuenta.