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Intentó justificar la pérdida de votos en las legislativas; más tarde dijo que lo tradujeron mal

Putin nunca ha militado en Rusia Unida, asegura a la BBC vocero del gobernante

Más de 400 detenidos en protestas tras los comicios; Medvediev rechaza críticas de Clinton

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Policías antimotines detienen a Andrei Kozenko, reportero del periódico Kommersant que cubría una protesta en Moscú para denunciar irregularidades en las elecciones legislativas celebradas el domingo pasadoFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de diciembre de 2011, p. 30

Moscú, 6 de diciembre. En medio de la represión contra las protestas por lo que muchos rusos consideran fraude electoral, y del desgaste en popularidad de un tándem gobernante que practica el enroque sin tomar en cuenta los ánimos de la sociedad, el vocero del premier Vladimir Putin declaró este martes a la BBC británica que su jefe nunca ha militado en Rusia Unida, el partido que ganó las legislativas del domingo anterior.

Dimitri Peskov quiso, con algo de torpeza, maquillar que la pérdida de 13 millones de votos respecto de las elecciones de 2007, nada tiene que ver con la imagen de Putin, a pesar de que es presidente del partido.

Trató de enmendarlo más tarde, diciendo que no tradujeron bien sus palabras, pero algo similar afirmó Natalia Timakova, la vocera del presidente Dimitri Medvediev, respecto de su jefe, aunque éste sin ser militante encabezó la lista de diputados de Rusia Unida.

En tanto, cerca de 300 inconformes pasaron la noche en la cárcel después de que diez mil personas se manifestaron ayer contra la manipulación de resultados y, esta noche, los opositores volvieron a salir a protestar en la plaza Triumfalnaya de Moscú, siendo reprimidos por la policía con saldo de otros 250 detenidos; unas 200 personas también fueron arrestadas en San Petersburgo.

Ante el aumento del desacuerdo en la sociedad, las autoridades respondieron con la introducción de tropas del Interior, que aparecieron en la capital a temprana hora en autobuses que llenaron el centro de Moscú.

Asimismo, desplegaron a los 30 mil jóvenes movilizados desde provincia para defender el triunfo de Rusia Unida, primero con una marcha de mil tamborileros y luego con un concierto de rock multitudinario, aderezado con los discursos de políticos oficialistas.

Pero ni el ruido de los tambores ni la represión pudieron silenciar las denuncias de irregularidades que trascienden a la prensa local y, sobre todo, al segmento ruso de Internet, a pesar del bloqueo de acceso a las páginas web más importantes.

Además de las manipulaciones ya conocidas, como la votación en los llamados cotos privados electorales como Chechenia y 14 regiones más, y otros abusos habituales, hay denuncias de cientos de miles de soldados que votaron masivamente por Rusia Unida después de recibir las boletas previamente marcadas en el casillero correspondiente, en circunscripciones que no permitieron la entrada de observadores.

También se cuestiona el apoyo de casi cien por ciento al oficialismo en lugares de Moscú donde habitualmente es baja la votación: manicomios, hospitales, maternidades, delegaciones de bomberos; el depósito de cientos de boletas adicionales, al cierre de la hora de votación, en favor de Rusia Unida en muchos colegios electorales, y un largo etcétera.

Sea como fuere, el Kremlin no va a permitir que se modifique el resultado de estas elecciones, pero tendrá que pensar seriamente –de cara los comicios presidenciales de marzo próximo– cómo revertir la caída de la popularidad de su candidato.

Hacia el exterior, el presidente Medvediev rechazó hoy las críticas occidentales al sistema político ruso, en alusión a las declaraciones de la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton, de que las legislativas rusas no fueron ni libres ni justas y de que es necesario que los rusos tengan más opciones políticas.

Los electores rusos merecen una investigación completa del fraude electoral y la manipulación, dijo Clinton durante el 18 Consejo Ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, en Vilna, la capital de Lituania.

Medvediev respondió: Si ellos siguen las elecciones y las irregularidades, es una cosa, pero cómo debe ser nuestro sistema político es otra. Sólo falta que nos digan cómo debemos redactar la Constitución, lanzó sin ocultar su molestia.

Y advirtió: si tenemos suficientes partidos políticos o no, es asunto nuestro y no le incumbe a nadie en el extranjero.