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Heladas agudizan hambre en Durango

Detienen a mujer que robó una cabra para alimentar a sus hijas
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Un ganadero de Santa Clara, en el norte de Durango, observa una pila de animales muertos a causa de la sequíaFoto Saúl Maldonado
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 5 de diciembre de 2011, p. 37

Durango, Dgo. 4 de diciembre. Robé porque tenía hambre, dijo María antes de que la subieran a una patrulla, con la cabra de la cual se apropió para dar de comer a sus hijas, de 11 y 13 años.

María Concepción de la Cruz Mora, de 31 años, es viuda. Vive en la comunidad Francisco Villa, en el norte de Lerdo, Durango, y cometió el robo porque no había podido alimentar a las menores en varios días. Quedó libre en cuestión de horas, pues el dueño del aimal retiró la denuncia. Sólo quería asustarla, señalaron autoridades policiacas.

Esta es la segunda detención de María por la misma causa. En ambas ocasiones robó al mismo rancho, el más próspero del poblado. La casa de María es de adobe y tiene dos habitaciones. En una se queda con sus hijas; el otro es la cocina, pero también la habitación de sus ancianos padres, quienes la regañaron por los hurtos. Sin embargo, no hay qué comer. Este año se perdieron las cosechas y no hubo trabajo.

María no es la única que ha recurrido a medidas desesperadas para comer. Raúl Piedra Macías, alcalde de Poanas –a más de 100 kilómetros de Lerdo, en la frontera entre Durango y Zacatecas–, reconoce que ahí roban las vacas flacas para comérselas. La gente tiene hambre, admitió.

En el municipio de San Juan de Guadalupe, el más pobre de Durango, en la región del semidesierto, sólo llueve unas cinco veces al año, pero en 2011 no ha llovido. Gerardo Moreno Macías, de 46 años, vive en la comunidad El Tuerto donde, dice, no hay qué robar. La gente de la zona ha aprendido a recolectar frutas y verduras silvestres y a cazar algunos animales.

Autoridades de agricultura y ganadería del estado y federales no quieren hablar de las consecuencias del desabasto, aunque reconocen que se ha perdido por completo casi 85 por ciento de las 578 mil 51 hectáreas sembradas, mientras en el resto hay pérdidas parciales.

En el estado ha llovido 60 por ciento menos que el año pasado, y el agua cayó principalmente en la zona serrana. Setenta y cinco por ciento del hato ganadero del estado (un millón 200 mil reses) está en riesgo de morir por falta de agua y alimento.

Heriberto Quiñones Soria, presidente de la unión ganadera de la entidad, aseguró que los productores de carne venden a precios muy bajos. De 12 pesos que les pagaban por kilogramo de ganado en pie, ahora les ofrecen cuatro. Algunos productores prefirieron exportar sus becerros a Texas, aunque los animales pesen menos; el chiste es que no se mueran.

La Secretaría de Gobernación declaró zona de emergencia 34 de los 39 municipios de Durango. Sin explicación, excluyó a Poanas y San Juan de Guadalupe, dos de los más afectados, por lo cual se solicitó a la Comisión Nacional del Agua incluirlos. El gobierno estatal erogará 400 millones de pesos destinados originalmente a otros proyectos, y el federal hará los mismo con 600 millones.

En tanto, el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación en Aguascalientes, Manuel Reed Segovia, informó que 409 hectáreas de guayaba se perdieron en el municipio de Calvillo por las heladas prematuras de la semana pasada.

(Con información de Claudio Bañuelos, corresponsal)