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Pese a unirse las redes sociales, usan esquemas autoritarios de comunicación, dicen

Escasa, la alfabetización digital del Presidente y su gabinete: experto

Ha tenido el titular del Ejecutivo traspiés verbales y desatinos frívolos, consideran

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El presidente Felipe Calderón asistió a Durango para realizar una evaluación de la grave sequía que afecta a varias entidades del norte del paísFoto Alfredo Guerrero
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de diciembre de 2011, p. 18

Criticados con dureza y también defendidos en las redes sociales, el presidente Felipe Calderón y su gabinete se sumaron el año pasado al auge de los políticos en Twitter y Facebook, obteniendo seguidores, aunque estudiosos del tema hablan de escasa alfabetización digital de los funcionarios y el fomento de viejos esquemas verticales de comunicación.

Con un millón 174 mil seguidores en Twitter, Calderón se encuentra entre los cuatro mandatarios más populares del mundo (Obama tiene más de 11 millones; sigue Hugo Chávez, 2 millones 300 mil, y David Cameron, un millón 800 mil), abajo se encuentran Dilma Rousseff, Cristina Fernández y Juan Manuel Santos.

Si se atiende a los números, parece que esta política es exitosa, sobre todo en víspera a las elecciones de 2012, dice Claudia Benassini, sin embargo, aclara que el alto número de suscritos a la cuenta del Presidente no es sinónimo de simpatizantes, sino de personas o instituciones que monitorean la información presidencial para conocerla, apoyarla y, muchas veces, cuestionarla.

Octavio Islas, director del Proyecto Internet Cátedra de Comunicación Digital Estratégica, del Tecnológico de Monterrey campus estado de México, considera que el mandatario ha tenido algunos traspiés verbales y desatinos frívolos al presentarse como seguidor de la cantante Shakira, sin monitorear a otros usuarios relevantes en Twitter.

De hecho, el Presidente sigue a 221 personas, entre las que destacan los integrantes de su gabinete, comunicadores de radio y televisión, presidentes de otros países y algunos artistas, como Gael García, Roberto Gómez Bolaños Chespirito, Bárbara Mori y Ana de la Reguera. De los precandidatos a sucederlo incluyó en su lista a Ernesto Cordero y a Santiago Creel, y del PRD sólo monitorea a Jesús Ortega.

Más que unirse a las redes sociales porque está de moda o suena bien tener un gabinete twittero, el autor de la revista web Razón y palabra explica que los políticos deben pasar por un proceso de alfabetización digital, conocer las leyes de los nuevos medios y aprender a interactuar con el ciudadano.

Cuando el político cree que lo deben seguir por su función pública hecho, pero no sigue ni responde al ciudadano en las redes sociales, revela ignorancia en el uso de estos nuevos medios promotores de simetría y muestra su aferramiento a una cultura autoritaria de comunicación, explica.

Benassini añade: “A Barack Obama –quien fue pionero en el aprovechamiento de redes sociales en la política– le funcionó, porque tenía estrategia. En el gobierno mexicano deberían nombrar un administrador de redes que diera algunas respuestas, informara al Presidente cuántas personas se comunican con él, qué dijeron y al día siguiente él tendría que aprovechar para retomar alguna información”.

En pocas ocasiones el mandatario ha aprovechado este conducto para hacer una especie de control de daños en la opinión pública. El caso emblemático fue cuando lo calificaron de homofóbico en Twitter por aclarar que traía un moñito rosa, pero no vayan a pensar otra cosa, es porque el rosa es un distintivo que se usa en el mes de octubre para que sumemos esfuerzos todos en la lucha contra el cáncer de mama. Ante la andanada de críticas, el propio Presidente aseguró en Twitter que era respetuoso de la diversidad sexual.

Benassini considera además que los funcionarios han usado los 140 caracteres de Twitter para evadir los cuestionamientos de la prensa al difundir breves puntos de vista o ligas a boletines. En abril, al dar a conocer que el gobierno se ponía en sintonía con la revolución digital, la vocera de Los Pinos, Alejandra Sota, lo presentaba como ventaja, porque Calderón podría informar sin intermediarios.

Mientras el mandatario presume tener fuerte presencia en las redes sociales (celebró en su cuenta cuando superó el millón de seguidores) la de los integrantes del gabinete es escasa, salvo algunos secretarios.

Cuando Sota anunció que el gobierno mexicano tendría el primer gabinete en Twitter –aunque el del presidente de Chile, Sebastián Piñera, se incorporó antes– creció el número de mensajes en las cuentas de varios funcionarios, pero a medida que transcurrió el tiempo disminuyó la fiebre tuitera y pocas veces los internautas recibieron respuesta.