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Hoy inicia la cumbre con 33 jefes de Estado y de gobierno de la región

Consolidar la integración más allá de las finanzas, objetivo de la Celac
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 2 de diciembre de 2011, p. 27

Buenos Aires, 1° de diciembre. La cumbre con la que se constituye la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) este viernes en Caracas, Venezuela, y a la que concurren 33 jefes de Estado y de gobierno, intentará consolidar la integración creando una zona de paz y desarrollo integral, sin injerencia externa.

Fortalecer los potenciales de cada país y enfrentar los principales problemas de los pueblos de la región, especialmente la desigualdad y la pobreza, son también objetivos de esta cumbre de dos días, como señalaron los ministros de Economía y Finanzas de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), reunidos recientemente en Buenos Aires.

La creación de la Celac fue planteada el 23 de febrero de 2010, durante la cumbre del Grupo de Río que se realizó en Cancún, México cuando éste país propuso la unión de todos las naciones de la región que pertenecían a esta última entidad y a la Cumbre de América Latina y el Caribe (Calc). La cumbre debió celebrarse en julio pasado, pero tuvo que aplazarse porque el anfitrión, el presidente venezolano, Hugo Chávez, fue diagnosticado con cáncer en esas fechas, enfermedad para la que ya recibió tratamiento.

El conjunto de países suma casi 600 millones de habitantes y un territorio de 20 millones de kilómetros cuadrados donde existen vastos recursos naturales, que fueron el objetivo de expansionismos e intervenciones desde fines del siglo XIX, lo que se tradujo en miles de muertes y en una dependencia que hasta hoy persiste.

La Celac –cuyas principales economías son Brasil, México, Argentina y Venezuela- representa 6.3 billones de dólares del Producto Interno Bruto (PIB) de la suma de cada uno de los Estados Integrados. Esto es: la unión pasaría a ser la tercera potencia mundial económica, además la principal reserva petrolera, calculada en unos 350 millones de barriles de petróleo, la tercera productora de energía eléctrica y la principal economía productora de alimentos.

Detrás de esta cumbre están todos los intentos anteriores por construir una integración, que hasta el momento sólo se pudo consolidar en bloques interregionales como la Comunidad Andina y otras similares.

Pero fueron las experiencias de los últimos años como el Mercado Común del Sur, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Unasur, con avances muy importantes y medidas concretas de integración que fueron dejando atrás lo simplemente económico para trascender hacia lo político.

El Consejo Sudamericano de Economía y Finanzas de la Unasur reunido en Buenos Aires la semana pasada, preparó el documento para avanzar en los mecanismos financieros que serían utilizados para remplazar al dólar como moneda de pago.

También se trabajó en un plan de infraestructura conjunto para afrontar los efectos de la crisis financiera internacional, y se adelantarán propuestas para fomentar el comercio intrarregional que incorpora valor agregado, empleo y bienestar para los pueblos del hemisferio.

Forma parte del temario que se tratará en la cumbre la coordinación en el uso de reservas y la puesta en marcha del Banco del Sur, que desde sus comienzos contará con más de 60 por ciento de su capital constitutivo (unos 20 mil millones de dólares) y que tendrá su sede en Caracas.

Los ministros debatieron la posibilidad de coordinar el uso de reservas a nivel regional, como fondo anticíclico, que alcanzaría 600 mil millones de dólares, una medida preventiva para socorrer a los miembros del bloque en circunstancias extraordinarias.

El ministro de Economía argentino Amado Boudou adelantó que existen tres posiciones diferentes sobre la propuesta para coordinar el manejo de las reservas y por lo tanto, este tema se mantendrá en el consejo técnico, pero destacó que es importante mostrar que en la región hay consensos para afrontar una crisis que tendrá impacto global, en el marco de la Celac.

Durante su paso por Buenos Aires, la secretaria general de Unasur, la colombiana Aires María Mejía consideró que la cumbre de la Celac se produce en momentos en que América latina vive un renacimiento político, económico y cultural sin precedentes y destacó que los documentos trabajados por los ministros en Buenos Aires tratan de superar barreras económicas y culturales y mostrar los consensos articulados en la región para superar crisis.

El canciller venezolano Nicolás Maduro dijo aquí que la Celac es una muy buena señal para enfrentar la crisis sistémica del capitalismo del Norte y construir fórmulas de desarrollo económicas para la región. En esta época bicentenaria, estamos hablando de una nueva independencia.

Maduro dijo a La Jornada que esto hace posible el sueño de Simón Bolívar y de otros padres fundadores que en su tiempo se pronunciaron por la unidad, la independencia y el respeto a la autodeterminación y cooperación de sus pueblos.

Uno de los temas claves como son las diferencias y asimetrías visibles en la región fue también abordado por Maduro estableciendo que una de las fortalezas de esta asociación será sin duda la unidad en medio la diversidad político-ideológica que caracteriza también a la región, estableciendo objetivos comunes y una plataforma integracionista.

Entre los empeños fundamentales de la Celac el canciller venezolano mencionó la necesidad de trabajar una agenda política por el desarrollo de proyectos energéticos y sociales, así como la promoción de programas de cooperación y complementarios en materia de salud, educación y el combate contra la desigualdad y la pobreza.

En general los gobiernos coinciden en esta temática, así como también los impactos del cambio climático global sobre la región, y el desarrollo económico y financiero, serán prioridades.

Pero la mayoría de los análisis coinciden en que la configuración de la Celac constituye una herramienta política para defender los intereses comunes de la región, como el principio de la soberanía y la libre autodeterminación, el futuro independiente y especialmente una fortaleza necesaria ante las nuevas realidades y para avanzar en lo económico, político y cultural ante un nuevo escenario mundial incierto.

También saben de desafíos y de la diferencias que existen entre países que mantienen su asociación con Estados Unidos y los que han tomado otro camino, destacándose la presencia de gobiernos progresistas como nunca antes existieron como conjunto en el continente.