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Un libro reúne artículos y reportajes del investigador publicados en diversos medios

Difunden la visión filosófica y social de Matteo Dean acerca de la migración

Fue viajero incansable, un nómada en búsqueda de su espacio, escribe Luis Hernández Navarro

 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de noviembre de 2011, p. 6

Un ser migrante es por definición un rebelde. Al mismo tiempo, una persona en fuga, ni siquiera las lenguas los pueden contemplar, tampoco los gobiernos los entienden. Así lo propone el periodista Matteo Dean, quien se dedicó a explorar este fenómeno mundial y ahora su visión filosófica, social, política y económica queda plasmada en el libro Ser migrante, editado por Sur +.

El volumen se integra por una serie de artículos y reportajes publicados en diversos medios, entre ellos La Jornada, la revista Proceso, la publicación barrial Desinformémonos y Diagonal, en España, explica Pablo Rojas, editor del volumen, quien al lado del periodista Luis Hernández Navarro presentó el legado de Dean en la reciente Feria Internacional del Libro de Oaxaca.

El libro aparece de forma póstuma, tras la muerte de Matteo Dean en un accidente automovilístico en junio pasado. Sin embargo, de acuerdo con Rojas, la selección de los textos, la decisión de que hubiera un prólogo de Luis Hernández, todo el capitulado, el orden y los títulos, todo idea del propio Dean, sin quererlo se presenta como una obra póstuma, pero es una planeación absoluta de Matteo, describe el editor.

El ser migrante es un humano que casi nunca para, se mueve de un país a otro, de un territorio a otro y nunca llega. Es una persona sin nacionalidad de la cual, si bien podemos ubicar un origen, difícilmente podemos ubicar un destino, nos introduce Matteo Dean en el artículo Ser migrante, publicado por primera vez en La Jornada, de donde nace el título y toda la concepción del libro.

El propio Matteo Dean era un migrante. Nació en Trieste, Italia, en 1975, pero se dedicó a viajar, enseñar italiano, además de ser documentalista e investigador, esparció la autogestión. Llegó a México con el levantamiento zapatista, y aunque fue expulsado del país dos veces, su insistencia lo hizo volver y residir aquí desde 2004, con la mirada entre México y su país natal, Matteo vivió siempre con el conflicto de añorar su tierra y anhelar vivir en México, escribió el coordinador de Opinión de La Jornada.

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Matteo Dean en imagen tomada de su libro Ser migrante, publicado por el sello Sur + ediciones
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Portada del libro de Dean

Viajero incansable, nómada en búsqueda de su espacio, migrante que ejerció el derecho de fuga, Matteo dedicó una parte muy importante de su biografía y de su obra a la inmigración, describe Luis Hernández Navarro. Coincide con esa visión Pablo Rojas, siempre se sintió un migrante. Consideraba que todos lo somos en un sentido, los que no estamos de acuerdo con el orden de las cosas, los que estamos por transformar, que no nos vamos a conformar y haremos la lucha.

Por eso en su escritura aparecen lo mismo una historia de migrantes hondureños en su paso por México, que la de un centro de detención en Europa, incluso una crítica al gobierno de Muammar Kadafi en Libia, le hubiera interesado mucho ver ese desenlace, al igual que en Italia, un Berlusconi que deja el poder, narra, en un paréntesis, sobre la personalidad de Dean.

Coloca la migración en un contexto político, social y económico, pero al mismo tiempo humaniza al ser migrante, hace todo un juego para quitar los nubarrones que opacan su existencia y nos hace verlo, expone Pablo Rojas.

Entonces se abre la frontera del debate y siguen artículos sobre el migrante climático, gitano, el secuestrado, la mujer, la convivencia, va desnudando, por un lado, el discurso hipócrita de los gobiernos; por el otro, le da sustancia, personalidad, además de que contextualiza el fenómeno, porque como dice Matteo Dean, finalmente, todos somos migrantes, por lo que asumirse como tales, quizás sea hoy la nueva frontera de la resistencia.