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La tragedia
Se desplomó, pero no se incendió

Desde la madrugada la neblina cubría los ejidos de San Juan y San Pedro Tezompa, según testigos

Campesinos guiaron a los elementos del Ejército y la Policía Federal

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Imagen del helicóptero Superpuma AS332Foto Notimex
 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de noviembre de 2011, p. 4

Una aeronave blanca llamó la atención de los habitantes de Caserío de Cortés, en el municipio de Chalco, estado de México. Volaba muy bajo y venía haciendo un ruido muy feo. No era su zumbido normal. Eran entre 9:30 y 10 de la mañana, dijo Humberto Ramírez, campesino del lugar, quien agregó que desde la madrugada la neblina cubría la zona de los ejidos de San Juan y San Pedro Tezompa, pertenecientes a dicho municipio mexiquense, que colinda con la delegación Tláhuac del Distrito Federal.

Instantes después escucharon el impacto de la nave contra el suelo. Se desplomó, pero no se incendió, comentó el campesino. Se trataba de un helicóptero del Estado Mayor Presidencial en el que viajaba el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, junto con otras siete personas, con rumbo a Cuernavaca, Morelos.

Para llegar sólo existe un camino que los mismos ejidatarios abrimos con máquinas; aunque todavía es muy difícil subir para acá, comentó Sergio Loera Flores, también comunero; los habitantes de Caserío de Cortés guiaron por el paraje a los primeros elementos del Ejército y de la Policía Federal que llegaron para verificar el incidente.

Primero en los vehículos oficiales. Después a pie, con machete en mano, los ejidatarios abrían paso entre la vegetación para que los cuerpos de seguridad pudieran ingresar. Ninguno de los vecinos vio la nave, pues apenas señalaron el lugar del accidente, los policías les impidieron el paso para resguardarlo.

El presidente ejidal de San Juan y San Pedro Tezompa, José Guadalupe Jiménez Flores, declaró que la Procuraduría Agraria fue quien notificó a los comuneros sobre el accidente, por lo que fue requerido por sus representados para verificar lo sucedido.

Una pipa de bomberos de la delegación Xochimilco tuvo que regresar, pues no hubo forma de que subiera, mientras que la ambulancia 03 de Protección Civil de la delegación Tláhuac se aventuró a seguir el camino que para las dos de la tarde ya habían marcado algunos carros del Ejército con el propósito de entregar varias camillas para trasladar los cuerpos de los fallecidos.

Dos helicópteros permanecieron sobrevolando la zona, mientras que otros siete aterrizaron para que descendieran funcionarios del gobierno federal, como el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome, y la coordinadora general de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, Laura Gurza, quienes se retiraron después de las tres de la tarde sin hacer declaraciones.

Al llegar los peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) para empezar la investigación sobre lo ocurrido, uniformados de la Sedena comenzaron a subir los cuerpos a dos aeronaves para trasladarlos al Servicio Médico Forense.

Alrededor de las 16 horas la titular de la PGR, Marisela Morales Ibáñez, abandonó la zona, en medio de un fuerte cerco de seguridad, sin hacer comentarios. Una hora después continuaba el arribo de elementos de la Sedena y de la Policía Federal para resguardar el sitio mientras los servicios periciales federales seguían laborando.