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Para arrostrar el desdén, El Rey Mono lanzó en Internet la novela Corazón del pueblo

A los niños se les estampa la realidad en la cara de manera muy violenta

Hay la tendencia de que a los niños se les debe dar fantasía mientras el país se cae a pedazos, sostiene

Las dos televisoras comerciales actúan con una destructividad impresionante, dice

 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de noviembre de 2011, p. a10

El ombudsman y autor de literatura para niños Benjamín Santamaría, El Rey Mono, publicó hace unos días en Internet la novela Corazón del pueblo, provocada por la indignación y enojo por la situación del país, concretamente en torno al panorama de los derechos de niñas, niños y jóvenes.

Tres partes integran el texto: Bravísimo norte, En el centro del problema y El sur también resiste, con 13 capítulos cada una, de los cuales los domingos se subirán uno o dos al sitio www.zentros.org hasta concluir la serie, una semana antes de las elecciones presidenciales de julio de 2012.

La finalidad, explica el también activista a La Jornada, es no dejar pasar por desapercibida una realidad que se les está estampando en la cara de manera muy violenta y muy vulgar. Tampoco hacer como que no pasa nada, sino enfrentar esos temas y de manera literaria compartirlos con niñas y niños. De eso parece que nadie quiere hablar, nadie les quiere explicar, nadie se atreve o nadie sabe decirles que todo este caos y toda esta violencia inusitada tiene un origen.

Corazón del pueblo es parte de un proyecto más amplio, que se resume en lograr en los niños un desarrollo interno, mediante talleres, materiales, charlas, actos teatrales, conferencias participativas... Nosotros también deberíamos o podríamos desarrollarnos internamente en un sentido integral, es decir, un cuerpo sano, fuerte, y que responda a unas emociones también sanas, una mente lúcida y un espíritu activo y, por otro lado, la parte del activismo social, de la justicia social y los derechos humanos.

La novela, llamada originalmente La turbulenta historia del rey dedo, surgió hace 10 años, cuando el autor trabajaba como primer ombudsman de la niñez en el municipio de Durango. Así, trata el tema de la violencia extrema, el narcotráfico y la militarización del país, entre otros.

Todo se gasta, todo se vende

Hay una tendencia, completamente occidental, de que a los niños hay que darles fantasía e ilusión mientras el país se está cayendo a pedazos, y nadie les explica los orígenes de la violencia, de la agresión intrafamiliar, del alcoholismo, de la comida chatarra en escuelas, centros de salud, universidades, lo cual me parece aberrante; como eso, miles de cosas: los recortes a la educación, a la cultura, a los programas sociales, y no hablemos de los increíbles fraudes electorales y de todo tipo que se hacen entre los partidos.

El Rey Mono explica: “La causa fundamental es un sistema de pensamiento que se convierte en sistema político, económico y social que destruye la vida... Me doy cuenta de que el sistema capitalista, neoliberal, consumista está destruyendo la vida en todas sus manifestaciones; es decir, reduce nuestra existencia una actividad humana que me parece terrible: todo se compra, todo se vende.

Se venden las ideas, se compran los cuerpos, se vende la sexualidad, se compran los partidos, se venden los candidatos, se compran vidas, se venden órganos, se compran niños. La novela refiere que todo está siendo permeado por este tufo de muerte, letal, algo pestilente y putrefacto que va destruyendo la vida; esa es la causa, sus manifestaciones son infinitas.

Santamaría señala: Las dos grandes televisoras comerciales actúan con total impunidad y con grados de vulgaridad fuera de serie, de una destructividad impresionante, como no se ve en otros países. Esta situación debería estar regulada y en la Convención sobre los Derechos del Niño se hace una referencia a que el contenido de los medios comunicación y las televisoras para niñas y niños deberían apuntar a su beneficio.