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Aunque los avances se imponen, persisten diversos trucos entre ladrones

La cerrajería, oficio que desafía al tiempo pese los adelantos tecnológicos

Ahora las llaves tienen circuitos electrónicos, dice Mario Yáñez, quien tiene 20 años de experiencia

 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de octubre de 2011, p. 42

En los 15 años recientes ha habido un gran avance tecnológico en la cerrajería y productos semejantes relacionados con la seguridad del hogar; sin embargo, siguen siendo eficaces algunas prácticas rudimentarias de los ladrones, como el uso que hacen del llamado santo niño, una barra de acero con la que echan abajo la misma puerta, lo mismo que los consejos elementales para protegerse de ellos.

Lo anterior según Mario Yáñez, quien se dedica a la cerrajería desde hace más de dos décadas, en su local, ubicado en la calle de Cuauhtémoc y fundado hace 55 años por su padre, de quien heredó el oficio que su familia practica desde 1915.

Su establecimiento tiene pintado en la cortina metálica La cerrajera, llave de lucha libre creada por su tío, el cronista deportivo y luchador Enrique Llanes (seudónimo de Yáñez). Mario Yáñez comenta que la cerrajería permaneció inalterada durante medio siglo, mientras que en los tres lustros recientes, hemos visto la irrupción de la electrónica y la computación en el oficio, a tal grado que las llaves de los automóviles hoy en día requieren de un microchip, y su costo es elevado.

Algunas personas instalan en sus casas cerraduras sofisticadas, que contienen resistencias, imanes y microcircuitos, para darles mayor seguridad.

La mayor parte de esos componentes y productos son importados de países como Israel, Alemania, Francia, Estados Unidos y ahora los chinos se están metiendo mucho, indicó. Es una tecnología cara; por ejemplo, el duplicado de una llave de ese tipo puede costar hasta más de mil pesos.

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Mario Yáñez limpia la cortina de su negocio, donde se ve La cerrajera, llave de lucha creada por su tío, Enrique LlanesFoto Francisco Olvera

Y todo, para que la seguridad que ofrecen las cerraduras ultramodernas sea muy relativa, pues muchas veces la gente tiene cerrajes excelentes, instalados en puertas de materiales precarios, además, los malos ya traen armas y con ellas encañonan a sus víctimas y las obligan a abrirles sus casas o sus autos.

Según el experimentado cerrajero, hay reglas elementales para proteger la vivienda contra intrusiones y robos: no basta con tener una buena cerradura, debe estar en buen estado y usarla cuando salimos de la casa, así como contar con una puerta sólida, pues frecuentemente los ladrones rompen el marco en lugar de tratar de abrir la cerradura.

Para ello usan artefactos que les han sido útiles desde hace años y desafían el avance tecnológico, como el llamado santo niño, una barra de acero con la que rompen la puerta mediante un movimiento de palanca.

Yáñez señala que una forma de contrarrestar esto es con el uso, por parte de los moradores, de planchas de acero para reforzar el marco y evitar la ruptura.

Según Yáñez, la cerrajería tradicional puede subsistir todavía unos 25 años más, pero las llaves de metal que todavía se usan, comienzan a ser sustituidas por tarjetas programadas, lo mismo que por artefactos para identificar el iris de ojo y las huellas digitales.