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Postergada varias veces, es un paso adelante en la normalización de relaciones entre los dos países

Llega a México en visita oficial Nicolás Maduro, jefe de la diplomacia venezolana

Se espera que en los encuentros que sostendrá predominará el tema comercial sobre el político

 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de septiembre de 2011, p. 19

El canciller venezolano Nicolás Maduro llega hoy a la ciudad de México para una visita oficial de dos días, según informó la embajada de ese país. Maduro viene de Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de Naciones Unidas.

La visita del ministro ha sido suspendida en varias ocasiones debido, entre otros factores, a la enfermedad del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Aunque no se informaron los detalles de su programa de trabajo, se da por hecho que habrá una reunión con la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa.

Este encuentro representa un paso más en la lenta restauración de las relaciones entre los dos países, que a lo largo de los dos gobiernos panistas, coincidentes con los tres periodos presidenciales de Hugo Chávez, han sufrido roces y altibajos. En lo que va del sexenio de Felipe Calderón, ambos jefes de Estado han sostenido diversos encuentros informales en el contexto de reuniones cumbre y conferencias internacionales, incluso han intercambiado gestos de cordialidad. Sin embargo, no se han podido concretar visitas de Estado ni de Chávez a México ni de Calderón a Venezuela.

En la agenda multilateral, que probablemente no sea abordada en la reunión Maduro-Espinosa, figuran importantes discrepancias, entre ellas la activa defensa que hizo el gobierno de Venezuela sobre el derrocado gobierno de Muammar Kadafi en Libia y el reconocimiento de la comunidad internacional al nuevo Consejo Nacional de Transición (CNT) en Trípoli. El gobierno de Calderón fue uno de los primeros en dar reconocimiento a la nueva representación libia.

En sus declaraciones en la ONU, Maduro aseguró que el escaño al CNT libio en Naciones Unidas fue una imposición imperial, mientras que la organización no pudo reconocer a Palestina, que cumple con los requisitos para ser un Estado.

La política exterior mexicana, fuertemente influida por Washington, difícilmente coincidiría con estas posiciones.

En el plano bilateral, sin embargo, hay más terreno común y la cancillería mexicana ha trabajado con bajo perfil para facilitar la normalización de las relaciones con Caracas, en especial desde que a partir de enero de 2009, con Barack Obama en la Casa Blanca, el hostigamiento a Hugo Chávez dejó de ser una prioridad para Estados Unidos.

La relación México-Venezuela llegó en 2005 a un punto cercano a la ruptura, en un contexto en el que el entonces presidente George Bush y su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, declararon una guerra diplomática contra el régimen bolivariano y presionaron a sus aliados de la región a aislar a la administración de Chávez.

Fue Vicente Fox quien abrió fuego en noviembre de 2005, cuando la iniciativa de Chávez de impulsar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) en una reunión de presidentes de Latinoamérica hizo fracasar la firma del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsada por Estados Unidos y promovida por el mandatario mexicano. Fox acusó al presidente venezolano; éste respondió lamentando su entreguismo. El intercambio de declaraciones escaló y al final del mes el ex canciller mexicano Ernesto Derbez expulsó del país al entonces embajador venezolano Vladimir Villegas y mandó llamar al representante en Caracas Enrique Loaeza.

Durante la campaña electoral de 2006 el clima entre los dos países –representados sólo a nivel de encargados de negocios en las respectivas sedes diplomáticas– se crispó aún más, cuando el contendiente del PAN Felipe Calderón hizo descansar su propaganda presentando a su contrincante Andrés Manuel López Obraror como un peligro para México, cómo Chávez en Venezuela. Chávez, quien entonces fue relegido para su tercer periodo, acusó recibo de lo que consideró como una ofensa y mantuvo en sus mínimos la relación bilateral.

Ya durante la actual administración, la gestión de la canciller Patricia Espinosa no alentó la beligerancia contra Chávez, a pesar de que, según consta en cables de Wikileaks que La Jornada ha dado a conocer, el entonces embajador Anthony Garza presionaba en ese sentido. En agosto de 2007 los gobiernos volvieron a intercambiar embajadores, el venezolano Roy Chaderton, diplomático de primer nivel en su país, y el mexicano Jesús Chacón.

Al poco tiempo Chaderton provocó incomodidad en México por asegurar, en privado, que el consorcio Bimbo financiaba a la oposición en su país, y fue retirado. En abril de 2009 fue asignado nuevo embajador, Trino Alcides, ex rector de la Universidad Central de Venezuela.

Según informes de la prensa venezolana, en la visita de Maduro a México predominará el tema comercial por encima del político.