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Carlos Bueno fue la inspiración para todo el equipo y la afición del Corregidora

A contragolpes, Gallos sometió 2-1 al Monterrey
 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de septiembre de 2011, p. a17

Querétaro, 24 de septiembre. Carlos Bueno fue una molestia para Monterrey, que perdió 2-1 en su visita al estadio Corregidora. Durante los 95 minutos que duró el partido, todo el Querétaro vivió en los botines de su capitán, quien no dejó de moverse de un extremo a otro de la cancha, en el área de Gallos para recuperar la pelota y de inmediato salir en carreras endemoniadas rumbo al arco de los Rayados.

Fue una delicia mirar a un equipo que tiene talento suficiente como para tener una banca repleta de titulares dominar un encuentro, que de pronto se le iba más allá, a fuerza de latigazos de entusiasmo y hambre de victoria, un cuadro liderado por un jugador en estado de gracia.

Los primeros minutos del encuentro Monterrey parecía que impondría su estatus de equipo de lujo, con jugadores de cinco estrellas. Media hora de acción y los zapatos nerviosos de los Gallos sobre el césped esperaban el momento preciso para el contrataque.

Al minuto 34, en tiro de esquina, el balón se dirige a esa línea de cabezas frente al arco de Jonathan Orozco, salta Hiram Mier y peina el balón con la intención de despejar, pero le da pase a Daley Mena, quien la conecta con precisión al fondo del arco, para conseguir el 1-0 del Querétaro.

En el segundo tiempo Osorio lee con anticipación un movimiento del Chupete Suazo y organizan un ataque que por poco cae dentro del arco, pero que por fortuna de Gallos se va por encima del travesaño.

Golpe y respuesta, los de Querétaro responden y lo hacen con la efectividad y la locura del uruguayo Carlos Bueno, tras un pase de Franco Niell, recibe y controla en dos movimientos continuos con la pierna derecha, sin que la pelota toque el césped hace un sombrerito a Orozco para el 2-0. El duelo estuvo en vías de ser empatado tras un penal que le cometieron a Suazo, quien puso el marcador 2-1. Luego pura intensidad en este juego donde el rayado Sergio Pérez se expulsó prácticamente a sí mismo, con dos amarillas consecutivas, y donde una escena casi infantil entre el rayado Hiram Mier y el de Querétaro, López Mondragón, les costó una roja directa.