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Arte gráfico mexicano en centro cultural de Texcoco
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de septiembre de 2011, p. 7

Texcoco, Méx., 13 de septiembre. Con la muestra de 228 grabados, la exposición Arte gráfico mexicano 1940-1972, montada en el museo del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario (CCMB), en Texcoco, se propone un recorrido por la trayectoria de artistas cuyas técnicas fueron marcadas por la ideología y el compromiso social, así como la descripción de situaciones cotidianas.

Perteneciente a la colección de la empresa General Motors, y auspiciada por el Instituto Mexiquense de Cultura (IMC), la muestra temporal con entrada gratuita durará seis meses.

A lo largo de la galería se colocaron los trabajos divididos en secciones, que muestran a los precursores del grabado, representaciones estéticas, el impresionismo, el abstraccionismo y el modernismo.

Destacan las obras de José Clemente Orozco, de quien se expone La borracha; de David Alfaro Siqueiros, con Nuestra imagen actual, 1947.

Raúl Anguiano, con Dolientes, 1968, pieza grabada en metal; Luis Nishizawa, con La fe; Ángel Bracho, con Hombres levantando una choza, litografía de 1958.

Riqueza temática

Además, se muestran trabajos de Francisco Dosamantes, con Lavando, que realizó entre 1955 y 1958; del estridentista Leopoldo Méndez, Coscomates; de Pablo O’Higgins, Peón de albañil, que pintó en 1947; el grabado en linóleo de Francisco Luis Mora, Maíz, 1949.

“Esta es una colección amplia, rica, variada que reúne a los más importantes artistas. En Arte gráfico mexicano se puede observar la riqueza de temas, así como de propuestas de los creadores en cuanto a técnicas para la elaboración de cada pieza, como aguafuerte, carbón, pastel, grabado, tinta, lápiz, litografía o acuarela”, manifestó Alfonso Sandoval Álvarez, director de acervo cultural del CCMB.

La muestra también presenta obras de José Guadalupe Posada, quien aun cuando no pertenece a esa época, su obra tuvo repercusiones importantes en el desarrollo del arte mexicano.

De acuerdo con especialistas en la materia, la mayor aportación de Posada fue la ironía con que creó su lenguaje plástico, iniciando con ello toda una escuela que trastocó a las generaciones que le precedieron.

Esta exposición fue cedida mediante un convenio de comodato con el Museo Nacional de Arte y ahora se presenta en el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario.