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El descubrimiento allana el camino hacia una prueba sanguínea para distinguir entre los nódulos

Hallan 5 variaciones genéticas ligadas al cáncer de próstata más agresivo

Actualmente muchos hombres con tumores de evolución lenta son sometidos a procedimientos innecesarios que dejan efectos nocivos, afirman autores del estudio realizado en el Centro Hutchinson

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La imagen muestra las células T del sistema inmunológico, al centro, enlazadas con otras que causan que se dividan. Las más pequeñas son removidas posteriormente, dejando solamente las células T, listas para ser inyectadas a los pacientes de leucemia. Los científicos han reportado ya el primer caso exitoso de terapia de genes para el tratamiento de la enfermedadFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de agosto de 2011, p. 2

Washington, 16 de agosto. El descubrimiento de cinco variaciones genéticas hereditarias ligadas al cáncer de próstata más agresivo allana el camino hacia un examen sanguíneo capaz de distinguir entre los tumores más peligrosos y los de evolución lenta, según un estudio publicado este martes.

Los biomarcadores pueden distinguir entre los pacientes con un tumor de próstata latente y los que sufren un cáncer más agresivo, explicó Janet Stanford, autora principal de este estudio clínico, publicado en la versión online de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention.

Mientras estudios anteriores sugieren que las características genéticas eran determinantes en el desarrollo de este cáncer, esta investigación es la primera en mostrar el papel de las variaciones genéticas específicas de la mortalidad, afirmó Stanford, codirectora del programa de investigación sobre cáncer de próstata en el Centro Hutchinson.

Los participantes portadores de cuatro de estas cinco variaciones tenían un riesgo 50 por ciento mayor de morir de su cáncer de próstata que los de dos o menos mutaciones.

Estos marcadores se pueden utilizar clínicamente con otros indicadores ya conocidos para evaluar la agresividad del tumor, como la puntuación de Gleason, e identificar a los hombres en alto riesgo, añadió Stanford.

El Centro Hutchinson presentó una solicitud de patente para estos cinco marcadores.

Actualmente, un número elevado de hombres, especialmente los de mayor edad, con tumores de próstata de evolución lenta y baja probabilidad de morir son sometidos a tratamientos innecesarios como la eliminación de la glándula, y sufren efectos secundarios como impotencia sexual o incontinencia urinaria, según los autores de esta investigación.

Además, estos tratamientos innecesarios tienen un elevado costo económico, estimado entre dos y tres millones de dólares al año en Estados Unidos.

Elegimos estudiar las variaciones en los genes que desempeñan potencialmente un papel clave en los procesos biológicos que pueden contribuir al avance del cáncer de próstata, como la inflamación, la producción de esteroides, el metabolismo, la reparación de ADN, el ritmo circadiano y la actividad de la vitamina D, afirmó Stanford.

Para este estudio, los investigadores, incluidos los que trabajan en el Instituto Nacional del Cáncer (INC), analizaron el ADN de las muestras de sangre de un grupo de mil 309 hombres en Seattle con cáncer de próstata y de 35 a 74 años de edad al momento del diagnóstico.

Análisis

Los investigadores estudiaron 937 cambios en 156 genes. Veintidós de estas variaciones parecen estar relacionadas con la mortalidad por este cáncer. Los autores del estudio analizaron esas 22 variaciones genéticas en otra población de 2 mil 875 hombres en Suecia, de 35 a 74 años y con cáncer de próstata. Hallaron que cinco de estas variaciones en el ADN se asocian fuertemente con la mortalidad por cáncer de la próstata.

Una proporción mucho más alta de los enfermos murió de cáncer en el grupo en Suecia (17.4 por ciento) en comparación con el de Seattle (4.6), durante una mediana de seguimiento de seis años y medio.

Esta diferencia en las tasas de mortalidad se corresponde con las tasas nacionales de Estados Unidos y Suecia: los suecos mueren casi cuatro veces más por ese mal que los estadunidenses.

El cáncer de próstata es el más común entre los hombres después del de piel, y se ha incrementado fuertemente en años recientes.

En 2010, en Estados Unidos, se diagnosticaron 217 mil 730 nuevos casos y 32 mil 50 hombres murieron de esa enfermedad.