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Sepultan, por segunda vez, al joven asesinado por militares

Paren esta guerra absurda, pide el padre de Jethro R. Sánchez

Que el crimen no quede impune; hay que juzgar a mandos implicados

Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 14 de agosto de 2011, p. 10

Cuernavaca, Mor., 13 de agosto. El cadáver de Jethro Ramsés Sánchez Santana fue inhumado a las 15:45 horas de hoy por segunda ocasión. La primera fue de manera clandestina por elementos del 21 batallón de infantería adscritos a la 24 zona militar para ocultar su terrible e injustificable crimen, dijo Héctor Sánchez, padre de la víctima en el cementerio municipal de Jiutepec.

Héctor Sánchez exigió que las autoridades civiles juzguen no sólo a los dos militares detenidos por el crimen de Jethro, de 26 años, sino a todos los implicados en la detención, tortura, desaparición forzada, homicidio e inhumación clandestina de su hijo.

Que el asesinato no quede impune porque los militares y policías federales abusaron de su autoridad, dijo en el panteón de Jiutepec, igual que lo hizo la noche del viernes, una hora antes de que llegara el cuerpo de Jethro a la funeraria Hispano Mexicana, en Cuernavaca.

Solicitó a los gobiernos federal y estatal que paren esta esta guerra absurda, porque a su vástago lo detuvieron, torturaron y asesinaron porque, según ellos, era sicario, algo completamente falso.

A las 13 horas de hoy se celebró una misa en la funeraria y posteriormente el cortejo fúnebre partió al panteón de Jiutepec. A las 15:30, los trabajadores abrieron la tumba donde reposan también los restos de la abuelita del joven, 15 minutos después comenzó a descender el féretro, mientras el padre, la madre y la hermana del joven lloraban en silencio. A las cuatro la fosa quedó cubierta de tierra, coronas y ramos de flores.

Una prima de Jehtro cantó acompañada de mariachis y expresó que él vivirá en sus corazones. Una de sus vecinas rezó por su eterno descanso.

Esto no se borra, (aunque en parte) me da tranquilidad porque ya tengo dónde venir a llorar, a rezar, es lo único, pero no estoy conforme con el resultado, expresó Héctor Sánchez.

A pesar de reconocer que es difícil que se castigue a los mandos militares y civiles de los tres niveles de gobierno implicados en el asesinato, dijo esperar que se haga justicia y se sancione a los responsables directos y a los jefes de éstos por asesinar a jóvenes inocentes.

Licenciado en electromecánica, con maestría en mecatrónica y administración de negocios, Jehtro fue a jugar futbol la mañana del primero de mayo; por la tarde, aún en ropa deportiva, acudió a la Feria de la flor en Cuernavaca.

Según versión de la policía municipal, él y su primo fueron detenidos después de participar en una riña y entregados a la Policía Federal por decir que eran miembros del cártel del Pacífico Sur. Los elementos de la PF los entregaron a su vez a militares, quienes se los llevaron a instalaciones de la 24 zona militar, donde fueron interrogados y torturados.

En declaraciones del teniente Guerra y el subteniente Guerrero, detenidos el 30 de junio por policías judiciales militares, fue el ahora prófugo Guadalupe Arias, comandante del 21 batallón, quien les ordenó enterrar a Jehtro y tirar a Horacio en otro municipio, pero éste sobrevivió y contó lo que había pasado.

A Guerra y Guerrero se les dictó auto de formal prisión por este crimen. Ambos aceptaron que enterraron a Jehtro en Atlixco, Puebla, horas después de su detención, es decir las primeras horas del 2 de mayo.