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Lo único que ellos hicieron fue acatar órdenes, aseguran

Familiares de militar involucrado en la muerte de Jethro Ramsés acusan amenazas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de agosto de 2011, p. 14

Cuernavaca, Mor., 9 de agosto. La esposa del teniente José Guadalupe Orizaga, uno de los dos oficiales a quienes el juez quinto del fuero de guerra dictó auto de formal prisión por la tortura y homicidio calificado de Jethro Ramsés Sánchez Santana, dio a conocer que huyó de Morelos con su familia, por las amenazas de muerte que recibieron.

La denunciante pidió a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que no traicione a su esposo ni al coacusado, subteniente Edwin Raziel Aguilar Guerrero, pues lo único que hicieron fue acatar órdenes. Añadió que ella no soporta la angustia, porque tras la detención de ambos, el primero de julio abandonó la entidad al recibir llamadas y avisos de redes sociales donde le dijeron que ya saben quiénes son y van a pagar caro.

La mujer, que pidió el anonimato, dijo temer por su vida, pues Orizaga Guerra y demás integrantes del 21 Batallón de Infantería de la 24 Zona Militar casi desarticularon el cártel del Pacífico Sur (CPS), antes de los hermanos Beltrán Leyva, y rastrearon a los ejecutores del joven Juan Francisco Sicilia y sus amigos; sin embargo, a raíz de la detención, desaparición y homicidio de Sánchez Santana todos son tildados de asesinos y torturadores.

La esposa del militar habló así el pasado lunes en el bufete jurídico Paredes y Asociados, e instó al poeta Javier Sicilia –padre de Juan Francisco– a intervenir para que no se cometa una injusticia contra el ahora procesado, cuyo único error fue recibir a Jethro Sánchez en las condiciones en que iba luego de participar en una riña.

Indicó que a un mes de dictado el auto de formal prisión contra Orizaga y Aguilar no hay ningún testigo de que ambos militares golpearon, asesinaron y enterraron al joven Jethro Ramsés, quien tras participar en una riña se ostentó como sicario del CPS junto a su amigo Horacio Sánchez Castelo, según los policías que los detuvieron y entregaron a los policías federales y los militares; aunque el segundo luego apareció y dijo que lo golpearon y abandonaron en el camino dándolo por muerto.

Según las declaraciones de ambos oficiales que obran en el expediente 331/201 del juzgado quinto militar, Jethro Sánchez murió en las instalaciones del 21 batallón, y por órdenes del jefe fueron a enterrarlo a un predio de Atlixco, Puebla, por lo cual se removió al general Leopoldo Díaz Pérez de la comandancia de la Zona Militar y se desintegró el batallón, cuyos elementos fueron distribuidos en todo el país, mientras el cadáver encontrado todavía no es identificado.