DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   1 DE AGOSTO DE 2011 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Los bosques del mundo en peligro
Tunza

La situación de los bosques
José Santamarta

Para los adictos a internet

Bosques para el desarrollo

Los bosques y el cambio climático

El valor local de los bosques

Los bosques en México. Otra aproximación
María Guadalupe Lomelí, Ramón Tamayo, Aquiles Ilarraza

Tipos de ecosistemas que existen en México
Cecadesu

El año internacional de los bosques
Alex Fernández Muerza


Correo electrónico:

[email protected]

  

Los bosques en México. Otra aproximación

María Guadalupe Lomelí, Ramón Tamayo y Aquiles Ilarraza
Correo electrónico: [email protected]
www.sagan-gea.org

La distribución de los bosques en México depende directamente de la influencia del clima.

De esta forma podemos encontrar desde bosque de pino y bosque espinoso hasta bosque o selva tropical, perennifolio y bosque mesófilo.

Se ha observado que el bosque mesófilo, el tropical y el manglar son los que están más expuestos al deterioro. Estos bosques han tenido una reducción total de aproximadamente 90 por ciento; es decir, las zonas de este tipo de bosque que hoy podemos observar son sólo la décima parte de lo que eran originalmente en nuestro país.

Es importante recordar que las selvas trópico húmedas son las que contienen mayor cantidad de especies distintas; es decir, mayor biodiversidad, con lo cual la pérdida de biomasa y material genético es aun más grave. Una sola hectárea de selva tropical húmeda de la región de Chiapas puede contener cerca de 270 especies diferentes de plantas, de las cuales 160 son árboles. Una sola especie de estos árboles, como la ceiba, es capaz de albergar, a su vez, decenas de especies diferentes de animales, entre las que se encuentran insectos, aves, ardillas, tlacuaches y murciélagos.

Principales factores que deterioran el bosque

Considerando que todos los ecosistemas que conforman la biosfera se encuentran íntimamente relacionados, todo lo que ocurre en un sitio, por más remoto que éste sea, repercute tarde o temprano en todos los demás sitios de la Tierra. Así, prácticamente todas las acciones contaminantes o de deterioro afectan directa o indirectamente a todos los ecosistemas.

Dentro de los factores que tienen efectos más devastadores podemos encontrar:

Los incendios. Ocasionados o accidentales, tienen el efecto de destruir en unas cuantas horas amplias extensiones de bosque, eliminando prácticamente cualquier forma de vida. Si estas zonas son demasiado amplias o quedan permanentemente expuestas a la acción de otros factores de deterioro, en donde se encontraba un enorme y hermoso bosque, se puede instalar ahora una zona árida de matorral o el principio de un desierto.

La quema de bosque para establecer zonas de sembradío es una práctica muy antigua y aún practicada en muchas zonas de nuestro país. Cuando esta quema rebasa el control de los que la provocan, puede ocasionar un incendio de grandes proporciones.

En ocasiones la quema del bosque es iniciada intencionalmente para establecer un asentamiento humano irregular. Muchas de las conocidas como ciudades perdidas, son asentamientos irregulares que invaden las zonas boscosas para instalar pequeñas ciudades que no cuentan con los servicios mínimos necesarios.

El desmonte para establecer zonas de cultivo o para la ganadería, constituyen una de las modificaciones más serias y frecuentes que sufren las zonas boscosas.

La intromisión de ganado de diferente tipo va reduciendo continuamente la extensión del bosque en todo el mundo. Es importante señalar que la alternativa de usar el suelo de bosque o de selva para la agricultura no ha ofrecido una buena alternativa pues los suelos se agotan rápidamente y al quitar el bosque, las condiciones ambientales, antes propicias, se transforman dramáticamente reduciendo las ganancias que se creía se iban a obtener.

Si se considera que en las regiones trópico húmedas se necesitan de 1.5 a 4 hectáreas para alimentar una sola vaca, podemos imaginar lo que significa para el bosque la cría de un hato de animales de tamaño suficiente como para que le convenga al ganadero.

En América (Centro y Sur) el problema de la pérdida de suelo por sobrepastoreo es grave.
Por otra parte, si todos los días aumentan las demandas de alimento de una población siempre creciente en el planeta, el uso del suelo de bosque para la producción de alimentos es algo que no se puede frenar.

La lluvia ácida. Los investigadores han encontrado que la lluvia ácida que se forma por la contaminación atmosférica afecta seriamente a la vegetación de los bosques. El depósito de partículas que alteran el pH en la superficie de las hojas, obstruyen los estomas afectando la transpiración, generando la caída de las hojas y produciendo lesiones que debilitan a las plantas, contribuyen a que los árboles estén más expuestos a plagas, a la acción del viento y del frío, y al ataque de los parásitos. Se ha observado en muchas regiones que amplias zonas de bosques expuestas a la lluvia ácida, han perdido su vigor y tienden a desaparecer o a ser substituidos por otro tipo de vegetación más resistente.

La sobreexplotación que genera tala inmoderada afecta dramáticamente la densidad de los bosques y su desarrollo. La demanda por productos forestales para la construcción, la fabricación de papel, la extracción de resinas, aromáticos y medicamentos, supone la tala de grandes extensiones.

La construcción de carreteras y los transportes, así como de herramientas sofisticadas, eleva la tala a proporciones que quedan fuera de control. Por otra parte, la mala vigilancia permite la sobreexplotación y en muchos casos el desperdicio del recurso; se ha visto que en grandes zonas es mucho lo que se corta y poco lo que se procesa.

Nuestros hábitos tienen mucho que ver con el uso inmoderado de este recurso. Nuestra avidez para utilizar el papel nos lleva en ocasiones a un enorme desperdicio; nuestra afición por los objetos tallados o fabricados en madera es irracional; nuestro desdén por cuidar los bosques también parece ser un rasgo de nuestra cultura.

En algunas regiones se ha optado por crear viveros que permitan la reforestación y se efectúan campañas para reforestar ciertas áreas boscosas, además de promover el cuidado de los bosques en las poblaciones aledañas.

Introducción de flora y fauna ajena al ecosistema. Se ha observado en diversas regiones la introducción de especies que no son propias del ecosistema y que llegan a producir efectos devastadores. Muchas plantas compiten con las de los bosques tanto por el suelo como por los nutrientes. De esta manera, plantas que crecen muy rápidamente o que portan parásitos que son nocivos para las especies del bosque, pueden en poco tiempo cambiar las condiciones originales y afectar directamente al bosque. Algunas especies producen cierto tipo de compuestos químicos que inhiben el crecimiento de otras plantas. De esta manera, sembradas junto a pinos o abetos pueden afectarlos directamente.

La introducción de ciertas aves o mamíferos al bosque puede producir la devastación de cierto tipo de plantas, ya sea porque se nutren de sus raíces o troncos o porque construyen sus nidos dentro de los árboles. La fauna extraña introducida deliberadamente también puede ejercer una importante influencia en el equilibrio del bosque.

La influencia de las plantas industriales. Los productos químicos que muchas industrias arrojan al agua de los ríos o que llegan mediante el agua subterránea, pueden modificar sensiblemente el suelo donde crece el bosque y ocasionar su deterioro o hasta su desaparición. El agua contaminada que se produce en un sitio puede llegar con relativa facilidad a lugares distantes y éstos pueden estar ocupados por los bosques. El deterioro químico que producen estos desechos es de efecto devastador y generalmente, irreversible.

El depósito de basura radiactiva o altamente contaminante producto de la actividad industrial (sea de una fábrica, una siderúrgica o un laboratorio), influye también en la calidad del agua al filtrarse con la lluvia y llegar hasta las corrientes subterráneas.

Las plagas y las enfermedades constituyen otra causa de deterioro de los bosques. Muchas veces la acción de estos factores es facilitada o propiciada por la contaminación, que hace a las plantas más vulnerables o más sensibles. En otros casos, el manejo que hace el hombre de la vegetación hace a las plantas blanco de la invasión de plagas; en lugares donde extraen resinas o aromáticos, se acostumbra abrir la corteza de los árboles para extraerlos. Pero las lesiones que se causan pueden ser la puerta de entrada para la invasión de microorganismos e insectos.

La biomasa que se pierde con la deforestación, la cantidad de especies que desaparecen y la erosión del suelo que se genera, no son los únicos efectos desastrosos. El clima puede sufrir un importante impacto ya que desaparecen fuentes importantes para la producción de oxígeno y para la regulación de la temperatura al perder la humedad ambiental que caracteriza a este tipo de ecosistemas.

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