DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   1 DE AGOSTO DE 2011 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

Los bosques del mundo en peligro
Tunza

La situación de los bosques
José Santamarta

Para los adictos a internet

Bosques para el desarrollo

Los bosques y el cambio climático

El valor local de los bosques

Los bosques en México. Otra aproximación
María Guadalupe Lomelí, Ramón Tamayo, Aquiles Ilarraza

Tipos de ecosistemas que existen en México
Cecadesu

El año internacional de los bosques
Alex Fernández Muerza


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El porqué del Año Internacional de los Bosques

En febrero pasado, la FAO, la agencia de las Naciones Unidas para atender los problemas de la alimentación y la agricultura, dio a conocer un extenso informe para abrir los trabajos del Año Internacional de los Bosques, una celebración que cuenta con el respaldo de la comunidad de naciones. En ese informe, titulado Situación de los bosques del mundo, se asienta que los millones de personas que dependen de los bosques desempeñan un papel vital en su gestión, conservación y desarrollo sostenible en todo el mundo, pero se subestima su derecho a usar los recursos forestales locales y a obtener beneficio de ellos. Para Eduardo Rojas, director general adjunto de la FAO para bosques, por las consideraciones anteriores durante este año se necesita insistir, y poner mucho más énfasis “en la conexión entre la gente y los bosques, y los beneficio que pueden devengarse cuando los bosques son gestionados por la población local en formas sostenibles e innovadoras”.

La FAO reconoce que al existir un mayor interés en los temas de la sostenibilidad social y ambiental hay una oportunidad excepcional para que la industria forestal se renueve y reestructure, sea capaz de responder a las demandas del siglo XXI y se cambien así la opinión generalmente negativa que tienen los consumidores de los productos madereros. Y es que a menudo se sienten culpables al utilizarlos pues piensan que no es ético talar árboles.
El informe subraya que, por el contrario, la industria forestal es una parte importante de una economía más “verde” y que los productos madereros tienen cualidades ambientales que pueden ser apreciadas por la gente. La madera y los productos derivados, al tratarse de materias naturales, proceden de recursos renovables que almacenan carbono y que tienen un potencial elevado para ser reciclados.

Pero que, además, la industria forestal responde a las numerosas inquietudes sobre cuestiones sociales y ambientales mejorando la sostenibilidad del uso de recursos, utilizando más materiales de desecho para elaborar productos, incrementando la eficiencia energética y reduciendo las emisiones. Y cita como ejemplo el que más de la tercera parte de toda la producción forestal procedió el año pasado del papel reciclado, desechos de la madera y de fibras no madereras. Estima que el porcentaje crecerá hasta un 45 por ciento en 2030, en gran parte originado en China e India. Y que, además, los productos madereros más sólidos (como la madera aserrada y el contrachapado), se obtienen con un uso de energía relativamente reducido. Por esos motivos, su producción y uso dejan una baja “huella de carbono”, que mejora aún más por el hecho de que el carbono se acumula en los productos madereros. Agrega que la producción de pulpa y de papel hace un uso más intensivo de energía, pero está siendo sometida a una presión creciente para reducir esta intensidad y sus emisiones de carbono, adoptando tecnologías mejoradas y el comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero.

El informe de la FAO destaca también la necesidad urgente de actuar para proteger los valores de los bosques que sostienen los medios de vida locales frente al cambio climático.

Por ese motivo, los acuerdos tomados en Cancún en diciembre pasado “deberían estar en línea con una amplia reforma de la administración de los bosques y permitir participar a la población indígena y las comunidades locales. Los derechos de estos conglomerados humanos deben ser respetados en las actividades y estrategias nacionales para reducir las emisiones ocasionadas por la deforestación y la degradación de los bosques en los países en desarrollo. Ello obliga a adoptar la legislación adecuada para clarificar la cuestión de los derechos de carbono y asegurar una distribución equitativa de los costos y beneficios asociados a los programas contra el cambio climático.

Como está ya demostrado, las medidas que tanto gobiernos como organismos internacionales tomen a favor de los bosques pueden reducir el impacto del cambio climático en los ecosistemas y sectores sociales más vulnerables. Un ejemplo muy aplicable al caso de México es el de los manglares: se calcula que una quinta parte de su superficie se ha perdido a nivel mundial desde 1980, mientras en México se ha perdido ya la mitad de todos los que existían en su territorio. Frenar la tala de esa riqueza natural ayudaría a proteger las costas de las cada vez más frecuentes tormentas y tsunamis, además de otras ventajas, como ser fuente de empleo para las comunidades costeras y el sitio ideal, único muchas veces, para la vida de una rica fauna y flora.

También la FAO advierte que las políticas de reforestación con miras a proteger el medio ambiente y generar ingresos pueden ayudar a la población pobre en los países áridos a ser menos propensos a las sequías. Cita algunos ejemplos al respecto, como los programas de desarrollo y conservación de manglares en Bangladesh, la lucha contra los incendios forestales en Samoa y los programas de reforestación en Haití; este último, un país con una severa deforestación en medio de pobreza extrema de sus habitantes.

El informe destaca que los vínculos estrechos entre los bosques, los medios de vida rurales y la estabilidad ambiental resaltan la necesidad de apoyo financiero para las medidas de adaptación. Porque “sin la debida atención a las cuestiones a nivel local, existe el riesgo de deterioro de las formas de vida tradicionales y se amenaza a algunos de los bosques con mayor diversidad biológica y mayor importancia ambiental en el mundo”.

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