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La aplicación de mano dura no es la solución, expresa en Madrid

Se vive una epidemia de violencia en México y CA: subsecretario de la ONU
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 12 de julio de 2011, p. 10

Madrid, 11 de julio. Ésta es una epidemia. La gente se siente amenazada al salir a las calles, a los lugares públicos, incluso en sus propios hogares, dijo el subsecretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Heraldo Muñoz, quien señaló a México y Centroamérica como los escenarios más extremos de un fenómeno que no se resuelve con mano dura.

El también director regional para América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) insistió en que es vital para la región atacar frontalmente la desigualdad.

En el contexto del curso América Latina: temas para una agenda alternativa, organizado por el ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente en los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial, Muñoz ofreció un panorama del nivel de bienestar y desarrollo en la región, a la que llamó de forma reiterada como la campeona del mundo en desigualdad.

Consideró que difícilmente América Latina será una región que aspira a mejorar su desarrollo humano si continúa teniendo estos niveles de desigualdad de género, de territorio y de etnia. “Somos tan desiguales –10 de los 15 países más desiguales del mundo son de América Latina– que aun con los pequeños avances logrados todavía no alcanzamos lo necesario para abatir este problema”, dijo Muñoz, experimentado diplomático chileno.

Políticas públicas contra la pobreza

El director del PNUD reclamó a los gobiernos un mantenimiento permanente de las políticas públicas contra la pobreza que funcionan al margen de los cambios electorales, citando como ejemplo a Brasil. También se refirió al fenómeno de la corrupción como síntoma del trecho por recorrer en materia de desarrollo.

Uno de los problemas importantes que hace perpetuar la desigualdad es la corrupción y la baja calidad de la representación política. Es decir, lo que hay es una desigualdad en el acceso al poder y a la riqueza. Y la corrupción juega un papel en ese sentido en México y en otros países de América Latina, donde los grupos minoritarios tienen una influencia desproporcionada en la toma de decisiones. Y eso tiene que cambiar.

En relación con las crisis de representación política, el funcionario internacional explicó que ante el cuestionamiento de los partidos políticos, hay cada vez más expresiones de democracia directa, movilizaciones en las calles que son lideradas por movimientos sociales y no por partidos. De modo que hay un problema con la representación y hay frustración, apatía de los jóvenes; la corrupción hace que muchos no crean en la política.

Muñoz señaló con especial énfasis a la violencia como uno de los principales –sino el principal– problema a resolver en los próximos años en América Latina, una región con 8.9 por ciento de la población mundial, pero que concentra 27 por ciento de los homicidios del planeta. La inseguridad ciudadana es un problema no sólo de México, sino también de Centroamérica, por citar los casos más extremos, pero también existe en Sudamérica. La inseguridad es una de las grandes amenazas al Estado y a América Latina.

Para atacar este problema, el subsecretario general de Naciones Unidas señaló que la desigualdad tiene que ver con la violencia y la inseguridad. Pero yo creo que hay que ser cautelosos. Lo más importante es decir que el enfoque de la mano dura no es solución y está comprobado. Yo entiendo que muchos gobiernos tienen en la mano dura una respuesta a este problema, pero si no hay un enfoque integral que incorpore las dimensiones sociales, la reforma de la policía, a los sistemas penales y de justicia, creo francamente que no vamos a poder lidiar con esto.

Para concluir afirmó: Estamos viviendo una epidemia de violencia. La gente se siente amenazada al salir a las calles, a los lugares públicos; incluso se siente amenazada en sus propios hogares. Y cada vez más los ricos se protegen por medio de policías privadas, con murallas cada vez más altas, y los pobres generalmente son los que sufren más el embate de la violencia, del crimen y de la inseguridad. Y ésa es una situación intolerable.