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El cuerpo del filósofo fue cremado ayer; parte de sus cenizas se esparcirán en la UNAM

Despiden a Adolfo Sánchez Vázquez, sembrador de ideas

Siempre se mantuvo firme como Ulises, sin dejar que le ganara el canto de la peor de las sirenas: la decepción, expresó Juliana González

Su hijo Adolfo recordó que el humanista y catedrático fue un hombre avanzado en sus concepciones y muy consecuente con ellas

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Colegas, familiares y amigos acompañaron el féretro del Maestro emérito con aplausosFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de julio de 2011, p. 2

Un largo aplauso fue el último gesto de despedida de los familiares, amigos y colegas del filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, al ser trasladado su cuerpo de la capilla a la sala de cremación, dentro de la misma agencia funeraria de Félix Cuevas.

Parte de las cenizas del autor de Filosofía de la práxis serán esparcidas en Ciudad Universitaria y el resto reposarán junto a su esposa, Aurora Rebolledo, en el Panteón Jardín, informaron sus hijos Enrique y Adolfo.

Pasaban de las dos de la tarde de un sábado gris y húmedo. Igual que el viernes, la asistencia de condolientes fue nutrida, la mayoría filósofos, intelectuales y universitarios.

Desde la mañana hasta la tarde llegaron Juliana González, Jorge Juanes, Ambrosio Velasco, Gabriel Vargas Lozano, Federico Álvarez, Víctor Flores Olea, Jorge Alberto Manrique, Marta Lamas, Roberto Escudero, Ana María Palazón y, entre otros, Raúl Álvarez Garín, quien acudió con varios compañeros del Comité 68.

Por la mañana llegaron también funcionarios como Jacqueline Peschard, presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos, y Leonardo Valdés Zurita, presidente del Instituto Federal Electoral.

No se dejó decepcionar

Juliana González, ex directora de la Facultad de Filosofía y Letras e integrante de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo: Yo no he seguido una línea de marxismo, pero Sánchez Vázquez me despertó la absoluta conciencia de la validez e importancia de lo que defendía.

El filósofo, agregó, ha sido una de las figuras más notables por su capacidad de mantener firme y enraizada su esperanza y conciencia de que Marx no es algo que se deja atrás, porque no se deja atrás la justicia social. Ello, dijo, con una visión crítica, autocrítica, antidogmática y siempre renovada.

“Es admirable que en estos tiempos de fines de tantas cosas y comienzos de otras, él se haya mantenido firme como Ulises en el mástil de su barco, sin dejar que le gane el canto de las sirenas. A muchos les ganó al menos la peor de todas las sirenas: la decepción.

El no se dejó decepcionar y mantuvo la conciencia de la necesidad de la revolución social. Y con argumentos académicos y humanistas, estos últimos los más fuertes, desde mi perspectiva filosófica. Yo fui defensora del modelo de marxismo humanista que representó Sánchez Vázquez.

Víctor Flores Olea, ex titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, aseguró que Sánchez Vázquez es un pensador clave en la lengua española del siglo XX. Fue un hombre profundo, honesto, de una sola pieza y antidogmático, que para fortuna nuestra decidió hacerse mexicano y vivió entre nosotros.

Sin duda, prosiguió, es una pérdida muy grande para México y para la UNAM, pero nos quedan sus libros y habrá que volver a ellos. Sánchez Vázquez deja una marca muy honda en el pensamiento y la cultura de México y América Latina.

Raúl Álvarez Garín destacó, entre otros aspectos, las reflexiones de Sánchez Vázquez sobre la ética política, la necesidad de la autocrítica y la relación entre teoría y práctica.

Dijo que los planteamientos de este pensador siguen siendo fundamentales no sólo para dar confianza a las doctrinas inspiradoras de los esfuerzos de los pueblos, sino también para abrir vías. La metodología marxista ayuda a aclarar la confusión y falta de entendimiento de lo que pasa en México y el mundo. Es fácil cuando lo ves en términos de clase y de materialismo histórico.

Pensador de originalidad radical

Para Ambrosio Velasco, ex director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Sánchez Vázquez “es uno de los más importantes humanistas del siglo XX –que muere a principios del siglo XXI– a escala universal”.

Sánchez Vázquez, añadió, fue un hombre de congruencia admirable y absoluta. Ese, quizás, es el valor ético, político y humanista más importante, pero además fue un filósofo de originalidad radical. Entre sus más grandes contribuciones destaca el desarrollo de una estética a partir del marxismo, muy difícil de pensar, pero con profundo sentido ético y político.

Alguna vez, recordó Velasco, terminó un ensayo con estas palabras: lo importante no es estar aquí o allá, sino cómo se está, ser congruente con los valores y los ideales por los que un día fui arrojado de mi patria al exilio.

En diversas ocasiones le dijo a Sánchez Vázquez que iba a permanecer por siglos entre nosotros, y así lo está haciendo, porque su pensamiento, su obra, su ejemplo de humanista republicano es de lo más grande que ha existido a escala mundial en el siglo XX.

Su hijo, Adolfo Sánchez Rebolledo, comentó: “Ahora lo que viene es lo que sus descendientes, en el campo de la reflexión, puedan tomar de esas ideas y crear nuevas. Siempre hemos pensado que fue un sembrador de ideas, inquietudes, un hombre avanzado en sus concepciones y muy consecuente con ellas.

“Mi padre fue un lector incansable, y debido a la imposibilidad de hacerlo hacia el final de su vida lo obligó a tener una existencia más introspectiva, y, sin duda, fue esto lo que más daño le ocasionó durante sus últimos años.

“Una parte de sus cenizas estarán en el mismo lugar donde descansan los restos de mi madre, y otra parte será esparcida en algún punto de la UNAM, su alma mater y plataforma de su desarrollo intelectual y moral.”