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Sudán enfrenta su escisión en medio de rebelión y grave crisis económica
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de julio de 2011, p. 27

Jartum, 5 de julio. La partición de Sudán tendrá muchas repercusiones negativas en el norte del país, afectado por problemas graves, que van desde una profunda crisis económica y una rebelión en su único estado petrolero, hasta una acusación de genocidio contra su presidente.

Sudán del Norte perderá 37 por ciento de sus ingresos después de la independencia, prevista este 9 de julio, de Sudán del Sur, una región rica en petróleo. Esto crea gran preocupación en Jartum, pues la deuda pública asciende a 38 mil millones de dólares, hay una inflación galopante y las sanciones estadunidenses pesan en la economía.

La situación económica en el norte es desastrosa. Juba (la capital de Sudán del Sur) y Jartum todavía no se han puesto de acuerdo en la repartición de los ingresos petroleros y el norte, donde 90 por ciento de las divisas fuertes provienen del oro negro, no ha preparado una alternativa, explica Fuad Hikmat, un experto sudanés del International Crisis Group.

Se teme que el descontento con las autoridades centrales en las zonas periféricas abandonadas crecerá luego de la secesión del sur. Esto podría incrementar las divisiones dentro del Partido del Congreso Nacional, en el poder, entre moderados y partidarios de una línea dura, según los observadores. Algunos llegan incluso a pronosticar un comienzo de división en lo que quedará de Sudán.

Bashir desafía a la ONU

En este contexto, el presidente Omar Bashir, que dirige un país a punto de perder la tercera parte de su territorio con la independencia de Sudán del Sur, ha hecho viajes audaces y polémicos para consolidar el respaldo de sus partidarios y acallar a sus adversarios.

Su visita oficial la semana pasada a China, donde se reunió con su homólogo Hu Jintao, demostró que Sudán tiene aliados poderosos y fortaleció sus vínculos con su principal socio comercial.

Este desplazamiento de un presidente acusado de genocidio por la Corte Penal Internacional fue criticado por Naciones Unidas, Estados Unidos y las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Al mismo tiempo, la ocupación de Abyei, en el límite entre Sudán del Norte y Sudán del Sur, por el ejército nordista, y la violencia en Kordofán del sur, el único estado petrolero del norte, fueron enérgicamente criticadas por la comunidad internacional y amenazan con aislar más a Jartum.

Y es que siguen los enfrentamientos en varias zonas, a pesar de un acuerdo concluido en junio para desmilitarizar Abyei, y un convenio sobre Kordofán del sur, donde hay combates desde el 5 de junio.