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Integrantes de la Orcao agreden y secuestran a integrantes de las bases, afirman

Denuncia ONG hostigamiento contra comunidades zapatistas de Chiapas

Busca el gobierno destruir la autonomía de poblaciones mediante el despojo de tierras, dicen

Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 2 de julio de 2011, p. 16

San Cristóbal de las Casas, Chis. 1º de julio. La Red contra la Represión y por la Solidaridad (RCRS), compuesta por colectivos de la otra campaña de diversos estados, rechazó la escalada de violencia contra las comunidades zapatistas de Chiapas, y en general contra los pueblos indígenas y los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona en México.

Los días 22 y 24 de junio, refiere, la junta de buen gobierno zapatista Corazón del arco iris de la esperanza denunció agresiones, violencia y despojo por miembros de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao) a las bases zapatistas del poblado Mártires, municipio autónomo Lucio Cabañas. Dos compañeros fueron secuestrados, los golpearon y se les negó comer y tomar agua. Como agravante, añade la Red que no se permitió hablar con los secuestrados al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.

Las bases zapatistas son hostigadas por la Orcao igual que ha venido pasando con la organización paramilitar OPDDIC; ambas, parte del aparato de contrainsurgencia del gobierno. El despojo de la tierra es una de las formas por las cuales el gobierno, subordinado a las grandes financieras y a sus planes económicos, intenta destruir la autonomía de las comunidades, y así desestructurarlas política y socialmente.

Con estos grupos organizados y empoderados por el mal gobierno se pretende disfrazar los ataques, prediseñados como conflictos comunitarios. Un instrumento gubernamental que mediante agresiones y acoso permanente, pretende despojar a los campesinos de su derecho legítimo al territorio. Aún así, las bases zapatistas siguen firmes en el camino que nace de su construcción de la autonomía y la libre determinación del territorio, ejerciendo su derecho como pueblos originarios.

La Red manifestó también preocupación por el hostigamiento, despojo y riesgo de desplazamiento contra las bases zapatistas de San Marcos Avilés. Las amenazas han ido aumentando los últimos días por parte de integrantes de los partidos políticos PRI, PRD y PVEM.

La misma Red informó que en días pasados se reunieron sus representantes de Puebla, Colima, Chihuahua, Morelos, estado de México, Tlaxcala, Chiapas, Distrito Federal y Oaxaca, quienes refrendaron su apoyo al movimiento de las víctimas de la guerra de Calderón y se sumaron al dolor y la rabia generada por la masacre contra el pueblo.

En esta guerra, según la RCRS, la mayoría de los crímenes son cometidos por cuerpos militares, policiacos y paramilitares profesionales, o con su apoyo y complicidad. Los activistas sostienen: Las fuerzas profesionales, en particular las policías y el Ejército, han tenido cerca de 700 bajas, mientras son miles los muertos y desaparecidos del pueblo, que como muestran los testimonios que recogiera la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, son muchachos y muchachas, bebés y niños, campesinos, indígenas, trabajadores y desempleados, habitantes de colonias, comunidades y ciudades, perseguidos y hostigados, criminalizados y finalmente aniquilados. Son civiles, ciudadanos y ciudadanas, gente de abajo, humilde y sencilla.

Esta guerra es un verdadero genocidio, que es necesario parar. El primer paso es que el Ejército regrese a sus cuarteles, que las policías y los militares cesen sus patrullajes, hostigamiento y amenazas contra la población civil, los asesinatos, desapariciones, tortura y criminalización de la lucha social.

La Red dice no confiar en el que arriba comete crímenes de lesa humanidad, y considera que la otra campaña puede contribuir a parar esta guerra genocida, nombrando a las víctimas, fortaleciendo la organización de los familiares y el movimiento que los apoya, así como el desarrollo de las autonomías y los procesos organizativos abajo y a la izquierda.