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Estos cabrones tienen que ser diferentes, afirma el entrenador de los tricolores juveniles

Confía Potro Gutiérrez en que la Sub-17 explotará con buen futbol

Está convencido de que el trabajo para llegar hasta aquí ha sido bueno... y la gente espera mucho de nosotros

El viernes, los mexicanos se enfrentarán a Holanda

Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 23 de junio de 2011, p. a12

Morelia, Mich., 22 de junio. Luego de dos triunfos trompicados, deslucidos, Raúl Potro Gutiérrez se mantiene expectante, convencido de que la Sub-17, equipo que dirige, está muy cerca de explotar con un buen futbol; lo dice casi refunfuñando, pero ilusionado: Estos cabrones tienen que ser diferentes.

Está convencido de dos cosas: El trabajo para llegar hasta aquí fue bueno, y también ha observado el ambiente. Deduce: La gente espera mucho de nosotros.

El viernes su juvenil tricolor jugará contra Holanda, sabe que será un rival complicado y hasta hoy no tiene mucha referencia; razona: A estas edades uno sólo logra ver rasgos. Hay chavos que dan un gran partido, dos, tres veces, y luego dice uno, ¿qué le pasó?, es difícil encontrar individuales constantes. Pueden andar muy bien o muy mal... Por eso prefiere concentrarse en los suyos.

Este equipo casi no habla de los rivales, eso que nos lo dejen al cuerpo técnico, quiero que ellos se dediquen a hacer lo que saben, expresa en su habitual tono relajado.

El Potro sabe que el trabajo para homogenizar una veintena de individuos en proceso de formación es complicado, tanto como personas como en su quehacer futbolístico. “En la cancha uno ve que hay jugadores a quienes les falta recorrido, mientras otros ya tienen un perfil como para destacar.

Hay varios líderes, se notan, se destacan y en ocasiones no compaginan mucho... A veces es todo un lío acomodarlos y se debe evitar la formación de grupos, que el resto se ubique en torno a uno u otro para cosas tan simples como oír música. A algunos les gusta el ritmo de banda, otros prefieren tropical, electrónica, qué sé yo... No tienen idea de cómo ha sido esto, expresa.

El zurdo Giovani Casillas empieza a despuntar, pero Gutiérrez rehúsa hablar de uno en especial. En la Universiada Mundial de Turquía tuve un muchacho muy bueno, universitario, estudiado y se perdió... ¡imagínate estos a los 16! Por eso de alguna manera los protejo, los restrinjo. Yo les digo: tienen que saltar a los medios por lo buenos jugadores que son, por el trabajo consistente, explica.

Recordó su etapa como jugador tricolor, cuando escuchaba el Himno Nacional y la emoción lo embargaba, “me decía a mí mismo: ‘no puedes llorar, no puedes llorar’, y tenía 25 años... Pero estos chavos de ahora vienen más revolucionados: a unos les vale madre, otros se ven más conscientes”, concluye entre risas.

Y en breve charla con el mediocampista de Monterrey Enrique Flores, quien desde el banquillo se ha convertido en agudo observador, refirió: “Los principales líderes son Jónathan Espericueta y Antonio Briseño; ellos sobresalen por el deseo de estar siempre con el compañerismo por delante: si andas mal, ellos están ahí y te jalan.

Pero no peleamos por la música, somos parejos, simplemente quien ponga primero el iPad y todos escuchamos. Jugamos con Play-station, Xbox, pero principalmente descansamos en los ratos libres; hay mucha disciplina en todo, en la alimentación, los horarios, sabemos que es algo importante en la vida y para alimentar el sueño de ser campeones, indicó.