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La cúpula central se veía oscura por la humedad y la torre del campanario parecía caerse

Ciudadanos salvan la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en Veracruz

Organizados en una AC acudieron a varias instancias hasta conseguir dinero para la rehabilitación

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Hace tres años, la idea de que la Catedral podría perderse motivó a María Teresa Malpica a buscar ayuda para su rehabilitaciónFoto Luz María Rivera
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 19 de junio de 2011, p. 4

Veracruz, Ver., 17 de junio. Ver el deterioro gradual y progresivo de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los edificios más bellos de la ciudad y de los pocos que aún quedan construidos principalmente con múcara, piedra marina, producía en María Teresa Malpica de Estandía, pesar y remordimiento.

Pensar que podía perderse, dice a La Jornada, la motivó hace tres años a buscar ayuda, y la recibió, primero del entonces gobernador Fidel Herrera: Nos dio los primeros 2 millones de pesos con lo que empezamos, dice esta mujer entusiasta que explica que así nació el Consejo Rescatemos Catedral Asociación Civil (AC), la cual preside y está compuesta por veracruzanos, y que ha logrado atraer la atención de especialistas e interesados por la conservación del Patrimonio Arquitectónico y Cultural de la ciudad de Veracruz.

El deterioro del edificio ubicado en la céntrica avenida Independencia, que inicialmente se conoció como la parroquia, era tal hace tres años, que la ciudadanía porteña comenzó a preocuparse: la cúpula central lucía oscura por la humedad y la torre del campanario parecía venirse abajo. En este ánimo, la gente recibió de buen grado el anuncio de la restauración: conciertos, rifas, colectas fueron bien acogidas e impulsadas por el Consejo Rescatemos Catedral.

Así se inició el periplo de María Teresa Malpica, que la llevó al Congreso de la Unión en el 2009 a solicitar de la comisión de Cultura, atención hacia este edificio que data de 1615, y cuyas sucesivas intervenciones hasta su conclusión, en 1734, se detuvieron para dar paso a obras consideradas sólo de mantenimiento y que, sin el conocimiento para tratar las construcciones de piedra marina, terminaron por recubrir, en la década de los 70, la fachada del edificio con piedra de cantera. Así como tratar las filtraciones de humedad, con capas de cemento.

Teresa Malpica agradece que tanto en la Cámara de Diputados como en las otras instancias oficiales –Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)– nunca recibí un no. El resultado fue que su empeño y la gestión del entonces presidente de la comisión de Cultura de la cámara alta, Armando Báez, lograron que el consejo autorizara la suma de 7 millones 238 mil pesos, cuya fecha límite para ejercerse es el 31 de julio próximo.

La presidenta del Consejo afirma que ha tenido la absoluta colaboración del INAH por conducto de su delegación regional, en Veracruz: de hecho, la restauración es vigilada por Carmelina Priego Medina, arquitecta del instituto. El resto en tiempo y dinero, lo han aportado ciudadanos, para también intervenir en la rehabilitación del acervo pictórico de la Catedral.

Aunque no lo dice, María Teresa Malpica es vista en la ciudad como escrupulosa en la administración del dineros, dice David Barquero, uno de los promotores ciudadanos de la restauración. Malpica refiere que obtuvo ese cheque del CNCA “porque les fui a hablar con el corazón, con la verdad…”, en un periodo en que se estaban cerrando los apoyos para este tipo de intervenciones.

Arriba, en la cúpula restaurada de la Catedral, esta mujer menuda y ligera trata con albañiles y trabajadores; explica que en estos tres años se han sacado tres toneladas de cemento, que eran las planchas que se habían colocado por todos lados para detener la humedad que transpira la múcara, pero que amenazaban con hacer colapsar las cúpulas.

Además, se retiraron 100 toneladas de piedra de cantera de la fachada principal, intervención hecha en los años 70. Ver la catedral desnuda, dice Malpica, le produjo un gozo enorme: es una lástima que no pueda quedarse así: por los vientos y el deterioro del salitre se tendrá que recubrir con un material especial, blanco, como indica el instituto, y como estaba antes.

Hoy día todavía se puede ver la fachada desnuda de la Catedral, que tendrá, por indicaciones del INAH, que ser recubiertas con otro material que permita la transpiración natural de la piedra coralina, hasta llegar a recuperar su fachada totalmente blanca tipo morisca. Se espera la reinauguración para agosto próximo.