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Balance de la Jornada

México da bienvenida al Mundial Sub-17 con escándalo de dopaje

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Pablo Barrera (derecha) festeja el gol ante Costa Rica junto con su compañero Javier HernándezFoto Reuters
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uando Justino Compeán, titular de la Federación Mexicana de Futbol, hizo el anuncio oficial para la Copa del Mundo Sub-17 dijo que una de las metas era cambiar la imagen que México da al exterior, que no se hable sólo de lo negativo, de la guerra contra el narcotráfico, violencia y muertes... Pues ya empezó a dar un giro, ahora se habla de dopaje, clembuterol y comida contaminada.

El federativo quiso tomar al toro por los cuernos frente al nuevo escándalo y se proclamó único responsable, pero le faltó un gesto que respaldara su dicho: presentar una renuncia que diera credibilidad a un sentimiento de culpa, no tanto por la calidad de la carne con que se alimenta a los atletas en el Centro de Alto Rendimiento, sino por el procedimiento y los tiempos para realizar los exámenes antidopaje.

El también vicepresidente de la Concacaf, se vanaglorió de haber actuado con transparencia, aunque la realidad es que si no hubiese ventilado el positivo en exámenes antidopaje de Sinha, Guillermo Ochoa, el Maza Rodríguez, Hobbit Bermúdez y Édgar Dueñas, los laboratorios hubieran mandado los resultados a la WADA que ea su vez informaría a la FIFA. Es decir, Compeán no tenía otra opción.

En situaciones de crisis por malos resultados deportivos, como ocurrió tras el Mundial de Sudáfrica, Compeán se ha deslindado y mantiene su puesto con el argumento de que entrega arcas repletas; no obstante, no hay gran mérito, porque ser vecino de Estados Unidos se ha convertido para el balompié mexicano en una lotería.

La empresa Soccer United Marketing paga a la FMF 1.5 millones de dólares por cada partido que el Tri disputa en aquel país. Son cifras que no arroja el más optimista cálculo de taquilla en ciudades como Monterrey, una de las más pudientes. La conclusión es que las selecciones Sub-22, 20, 17, femenil y cualquier otra, se sostienen mayoritariamente de los ingresos obtenidos en el país de las barras y las estrellas.

Con Compeán o sin él, cualquier federativo puede hacer la colecta que, sin duda, beneficia a ambos países. Basta recordar que el secretario general de la Concacaf, Chuck Blazer, definió como una bendición el tener a México en la confederación. La prueba palpable se vive en la actual Copa Oro, donde Javier Chicharito Hernández es el imán que llena estadios.

La Concacaf, afectada por un cisma entre el bando de Blazer y el suspendido trinitario Austin Jack Warner, no debe sentar un mal precedente con un perdón dado a la ligera, por ello difícilmente permitirá a México suplir a los cinco jugadores que dieron positivo; sin embargo, el bando de Chuck –el mismo de Compeán– parece llevar mano con el nombramiento del hondureño Alfredo Hewitt.

Si se confirma que el dopaje se debió a ingesta de carne, la federación debería resarcir a los afectados –más allá de las disculpas de Compeán, de su afán de contratar al abogado Jean Louis Dupont, y su incansable pregonar de que no es dopaje, sino una contaminación– e inmediatamente después, preocuparse por la desconfianza en los alimentos que sin duda ya existe en las delegaciones rumbo al Mundial Sub-17.

La Copa del Mundo de adolescentes arranca el próximo sábado en Morelia con un Tri que se declara listo para repetir la hazaña de Perú 2005, cuando el plantel de Jesús Ramírez dio la máxima nota al convertirse en monarca del orbe. El marco será un campeonato más bien casero, con estadios repletos por el boletaje de cortesía hacia numerosas escuelas.

Luego del gris Mercado de piernas, Monterrey dio la nota al contratar al argentino César Chelito Delgado. La directiva de Xolos, pese a la turbulencia que viven sus dueños, demuestra que aún es favorita de la FMF y el miércoles albergará un partido amistoso de una Sub-22 que da tumbos en su preparación hacia la Copa América.

México redondeó su marcha perfecta en la Copa Oro con su tercer goleada, ahora sobre una decepcionante selección de Costa Rica, en la que todavía no se nota la mano de Ricardo LaVolpe. El Chepo de la Torre se mantiene invicto, mientras que el otro favorito, el cuadro dirigido por Bob Bradley, cayó sorpresivamente el sábado frente a Panamá.