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No existe una legislación que obligue a cumplir con estándares: subdirector de NYCE

Máquinas en casinos del país carecen de certificación y muchas son chatarra
 
Periódico La Jornada
Martes 31 de mayo de 2011, p. 27

Por lo menos la tercera parte de las 100 mil máquinas instaladas en casinos mexicanos no cuentan con certificación de las autoridades mexicanas, además de que algunos centros de apuestas operan con equipos considerados chatarra electrónica.

Salvador Sánchez Abarca, subdirector de Tecnologías de la Información de Normalización y Certificación Electrónica (NYCE), uno de los organismos que se encargan de la regulación de certificaciones y verificaciones en México, explicó que desde su promulgación en 1947, la Ley Federal de Juegos y Sorteos no ha sido modificada, por lo que el país no cuenta con una legislación que haga obligatoria la certificación.

Explicó que en 2000 comenzaron a entrar al país muchas máquinas de juegos electrónicos de segunda mano, que venían de casinos que quebraron en Estados Unidos o Europa.

El especialista explicó que existen tres aspectos fundamentales que se deben verificar para garantizar que las máquinas operen con transparencia y legalidad.

El primero es la aleatoriedad del sorteo, es decir, que el generador de números aleatorios que está dentro de la máquina cumpla con funciones estadísticas y matemáticas probadas, de tal manera que garantice que el sorteo que se genera es totalmente aleatorio y no está influido por ningún patrón específico.

También se debe revisar la propia matemática del juego, es decir, que si en una máquina se representa el juego del Black Jack, por ejemplo, éste cumpla en su version virtual con las mismas características que el juego real en lo referente al número de cartas, movimientos, reglas, etcétera.

El tercer aspecto, abundó Sánchez, es la tabla de pagos, o sea que si una máquina ofrece al usuario un premio si cumple, por ejemplo, con cierta combinación de figuras, realmente otorgue el premio cuando esa combinación aparezca.

Son tres puntos muy importantes que dan certeza al jugador de que la máquina cumple con todo lo que ofreció. Obviamente todo tiene el riesgo del azar, pero lo importante es que funcione, dijo.

Destacó que todas esas pruebas se hacen en laboratorio, pero se necesita el apoyo de las autoridades para realizarlas en el sitio del juego, de modo que se pueda garantizar que el programa que se certificó en el laboratorio es el mismo instalado en las máquinas del casino.

Dicha verificación, expuso, se debería realizar por lo menos cada seis meses.

El subdirector de Tecnologías de la información de NYCE explicó que en 2000 se expidió un reglamento que permitió la entrada al país de máquinas, en su mayoría de juegos electrónicos. Sin embargo, ni en ese momento ni ahora ha existido una regulación expresa obligatoria para el control de este tipo de dispositivos.

En 2006, en conjunto con la Asociación de Permisionarios Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuestas en México –que agrupa a operadores y fabricantes–, empezaron a definir normas para que la máquinas cumplan con ciertos estándares, sobre todo especificaciones contenidas en estándares internacionales.

No obstante, dichas agrupaciones no tienen el aval de las autoridades para que este requerimiento sea obligatorio, indicó Sánchez. Agregó que si bien ya se han expedido 11 normas en la materia publicadas en el Diario Oficial de la Federación, ellas son de carácter voluntario.